Cartas al director
Los nasciturus y los gatos
Probablemente es una casualidad, pero no deja de ser una ironía que el mismo día en que se ha conocido que el Tribunal Constitucional avala plenamente la ley del aborto, se haya aprobado la Ley de Bienestar Animal en el Congreso de los Diputados.
Hace falta ser muy especial para defender ambas leyes, pero para los defensores de la vida quizá la solución sería declarar que los nasciturus no van a ser de caza, porque estos animales quedan excluidos de la norma recién aprobada. De esta forma, los seres en el seno materno recibirán la misma protección que, por ejemplo, cualquier gato.
Es muy noble proteger a los animales, pero es muy poco noble terminar con la vida de un feto, cuya madre decide interrumpir el embarazo.
El argumento de «mi cuerpo es mío y yo decido», puede asimilarse al argumento que pueda alegar el dueño de un gato que sufre por lo que decide eliminarlo. El gato es mío y yo decido.
Ni el gato ni el nasciturus pueden defenderse.