¡Tiempos estos!

Inquieto y desorientado por las desconcertantes noticias políticas que nos sobresaltan estos días decidí consultar un simple manual sobre Política para ver qué se estudiaba en la universidad sobre este tema. Bueno, he de reconocer que el libro que encontré en mi biblioteca era del año 2001 y supuse que en los temas básicos la doctrina seria permanente. Así pude leer en el capítulo dedicado a la misión y funciones de la autoridad política: «La misión general consiste en servir, ayudar, prestar auxilio a los miembros, individuales y asociados, de la comunidad civil» y unas líneas más delante se dice: «Todos los poderes del Estado tienen que orientarse a ese servicio primordial, obligatorio, continuado y total. El gobernante sube al podio del poder no para autoservirse o lucrarse, sino para entregarse con abnegación al bien de los gobernados». He de reconocer que me quedé un poco aturdido hasta llegar la siguiente reflexión: que este manual, y en consecuencia esta doctrina, ha quedado obsoleta y carente de actualidad, y que nuestros gobernantes han estudiado, por tanto, otros manuales políticos más ad hoc con los tiempos que corren y que el anticuado soy yo: porque el Gobierno dice que todo lo hace bien y que en nada se equivoca. ¡Tiempos estos!