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Cartas al director

Estado español

En los comienzos de la Transición era pecado de la progresía pronunciar la palabra «España». Desapareció del habla de los políticos e intelectuales de izquierdas. Fue sustituida por «este país» que era lo progre, porque España les sonaba a Franco, a facha, a régimen anterior. ¡Qué torpes, cuanta ignorancia! Sonarles mal el nombre de una nación milenaria. Menos mal que no lo cambiaron por «Estados Españoles», o por «nación de naciones de las nacionalidades históricas» y alguna bobada más. Los torpes que no saben dónde viven, cada día lo estropean más. Con el paso del tiempo y el asentamiento de la frágil democracia, aquella cosa de «este país» parece superada, y ya no dicen facha, los fascistas de izquierdas, cuando se pronuncia la palabra «España», ahora que esta en grave peligro su esencia y su unidad. Ya puedes decir España y que eres español, hasta los líderes de los partidos que quieren acabar con ella lo pronuncian en perfecto español o castellano, que es lo mismo. Hasta los separatistas, hablan del «Gobierno de España» para referirse con quien hablar para separarse.

Si dijeran «este país» no sabríamos a cuál se refiere el prófugo de la fregona cuando se reúne en Bruselas con un miembro del Gobierno de España. Superado el miedo a pronunciar la palabra España y no ser acusado de facha, ahora te lo dicen cuando pronuncias la palabra Rey. Decir «Rey» es aceptar la Monarquía Parlamentaria que aprobamos con la Constitución de 1978, y por eso ahora lo progre es referirse al «Jefe del Estado», nunca al Rey. Porque es mucho mejor que un presidente de República, el Rey no tiene ideología y no tiene derecho al voto. Su ideología es la defensa de España y de todos los españoles por igual.

El Estado español es España. Con su Jefe de Estado que es el Rey. Y el que no quiera reconocer la España donde ha nacido o vive, que se coja la maleta y se vaya y a los demás que nos dejen aquí vivir en paz…

Máximo de la Peña Bermejo

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