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Cartas al director

La piedra con la que tropiezas

¿Es el socialismo actual un abuso? Más aún, ¿no es acaso un castigo vejatorio, doloroso e inhumano? Su dirigente en uno de sus caprichos lanza a un pelele para enfatizar sus mensajes ofensivos. Y el pelele se tienta lo suyo, que lo tiene arrugado. Y el pobre pelele se arrastra por los regueros de Castilla. Su mantenimiento forma parte del subordinado del amo. Lejos de acabar fatigado y acabado, queda suplicante, y termina manteado.

En la historia del socialismo abundan gestos y experiencias que no valen nada. El mismo hecho puede describirse e incluso vivirse de manera diferente dependiendo de quien mande. El grito y la nada se encuentran en los sitios y en las personas mas insospechadas y faltas de criterio. Siempre dependen de un amo, y no dudan de sus falsos sentimientos. Por eso necesita de los otros para construir su relato. Busca quien lo explique y cómo interpretarlo, sin compungirse o resignarse como un esclavo.

La conciencia, como la dignidad, dura menos que un segundo, sabiendo que nos hemos hecho daño con tan solo mirarnos la cara en el espejo y comprobar el tamaño de la herida y la causa de la ira. La piedra con la que se tropieza dos veces, duele. Solo un cínico mal educado de ideas descargaría su ira pateando la piedra con la que tropieza. Solo un idiota de baba clamaría venganza contra la lluvia que nos moja. Hay ideas tan primarias como el deseo y el asco, dependiendo de quien le enseñe y le mande. Para algunos es muy humillante que se deje abofetear con un guante. Para otros, nada peor que ser tachado de cobarde.

El valiente y la verdad esta en el aire, entre el cielo y la tierra, cada cual mira a su alrededor, a ver quién tiene experiencia y vive con la verdad por delante. La respuesta, por supuesto está en la grada. Salvo en el caso de los más valientes, que será la sociedad la que al final determine la cualidad de la verdad y la experiencia, la más conocida hasta la fecha…

Máximo de la Peña Bermejo

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