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Cartas al director

Somos el país del aplauso

Aplaudir ¿para qué? Esa sería la pregunta de Lenin, a la vista, de lo que hay hoy, delante y detrás, su idea fue un poder sin control político, ni ley. Y algunos le aplaudieron su dictadura. A Sánchez no le han aplaudido en el hemiciclo, porque es un cobarde. Y los cobardes se odian a si mismos porque saben que lo son. Lo que no se sabía es que hubiera dictadores cobardes que se valen de sus esclavos. A Sánchez le aplauden algunas veces los suyos, sin saber lo que aplauden. Ahora aplaude el «progre» con los hombros, o como los trepas, con la cintura vacía como los flamencos. O con hambre, ni justicia, ni libertad, como predicaba Lenin. Eso es lo que se aplaude hoy a Pedro Sánchez el cobarde.

Lenin ya es una «momia». Y González y Guerra son muy antiguos como la Transición y la Constitución, la Ley de leyes del pueblo para todos igual.

Pues bien, yo me incluyo entre los antiguos que no comprenden nada a decir de los nuevos leninistas que forman parte de eso que llaman «socialismo» y que tanto algunos no saben lo que aplauden. No soy socialista de los de antes, ni de los de ahora, si lo fuera me darían mucha vergüenza estos embusteros cobardes. Tampoco soy derechista de los de antes. Soy social liberal con libertad y justicia, que es con lo único que se puede conseguir, sin «aplausos». La igualdad, la solidaridad y la democracia.

Me gustaría escuchar a estos nuevos «socialistas» algún argumento consistente de su forma de gobernar para dividir a la sociedad, a lo mejor le puedo dar algún «aplauso». O me convence alguna de esas tonterías de que es necesaria la generosidad con los delincuentes, que aseguran que volverán a repetir los mismos delitos, o aún peores. Para eso, ni soy tonto ni tendré manos. La experiencia y los años no son siempre sinónimo de lucidez. Pero al sentido común, nunca se le convencerá de que el apoyo a un golpista justifica la ilegalidad de la Constitución aprobada por el pueblo. El cobarde en funciones de la Moncloa, tendrá que explicar porque es necesario saltarse la ley para seguir mandando, con el aplauso y borrón y cuenta nueva…

Máximo de la Peña Bermejo

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