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20 de septiembre de 2024

Vidas ejemplaresLuis Ventoso

La Presidenta y Pedro se van al cine

Todo fue muy natural, muy espontáneo, un equipo de cámaras de la Moncloa los acompañaba, entraron a toda leche y esta vez no hubo ni un abucheo

Actualizada 01:30

Como es sabido, pirarse al cine a las cinco de la tarde de un miércoles laborable es lo típico entre las personas que trabajan. Sobre todo en el caso de aquellas que tienen importantes ocupaciones. Y eso es lo que acaban de hacer esta semana la afamada imputada y su marido y protector. Acudieron a la sesión vespertina de los cines Verdi, en la calle madrileña de Bravo Murillo, para ver El 47, una película catalana –¡cómo no!– de mensaje reivindicativo –¡cómo no!– y donde los malos son… la Guardia Civil (¡cómo no!).

Mi Persona salió encantado. Al poco tiempo ya había subido un tuit expresando que se había «emocionado» con la película, que le suscitaba la siguiente reflexión: «Un homenaje maravilloso a la España plural y trabajadora que construyeron nuestros padres, madres, abuelos y abuelas».

Creo que voy a enviar el tuit de inmediato a la Policía Ideológica de Bolaños. Mucho me temo que nuestro Líder Supremo y Gran Hermano protector ha incurrido en apología del franquismo y podría ser sancionado por las Leyes de Memoria. Si Sánchez escribe que sus «abuelos y abuelas» ayudaron a construir una «España plural y trabajadora», eso quiere decir que él considera positivo algo que hubo de suceder necesariamente durante el régimen anterior, el de su ministro sin cartera, es decir: Franco. Y en España está establecido por ley, so pena de multa, que en esos años no se hizo una sola cosa buena.

Cuentan las crónicas que la visita al cine de los Sánchez discurrió como la seda. La Presidenta y su marido no recibieron un solo improperio y conversaron cordialmente con algunos cinéfilos. Pero los malvados fachosféricos no podemos dejar de reparar en algunos detalles curiosos:

1.-Los Sánchez llegaron al cine caminado a toda leche y con las entradas ya en la mano. No se detienen en la taquilla, no vaya a ser que los vean y se acerquen algunos curiosos (entre los que podría colare algún paisano poco «progresista» con ganas de dedicarles algún piropo).

2.-Cuando entregan las entradas al acomodador, el empleado no muestra la más mínima expresión de sorpresa al ver a la imputada y al presidente y enamorado esposo. El tío los recibe impávido, como si fuese lo más habitual. Ese empleado tiene además a sus espaldas un fotógrafo oficial tirando fotos a tutiplén.

3.-Era todo tan espontáneo… que los Sánchez acudieron al cine acompañados por un equipo de cámaras del servicio de propaganda monclovita para inmortalizar el momento de acercamiento del Líder al pueblo llano.

4.-Un miércoles a las cinco, en una película como El 47, lo normal en la sala sería una docena de espectadores, como mucho. Pero aquí había una treintena, que recibieron con gran cordialidad a Sánchez, un mandatario que no puede pisar una tasca en ningún lugar de España sin escuchar un coro de epítetos. Una horrible pregunta de naturaleza fachosférica me está surcando la mente, pero la desdeño, por supuesto: ¿Compraría alguna entradita la agrupación local del PSOE para contar con un respetable a favor de obra?

A la vista del éxito en los cines Verdi, hago desde aquí una oferta a los Sánchez. Les invito a ir al cine el próximo sábado, a la caída de la tarde. Por ejemplo, a las salas Paz de la calle Fuencarral, una vía que en los fines de semana se peatonaliza. Bego, Peter y quien les invita podríamos quedar en la glorieta de Bilbao, tomarnos una caña rápida en algún bareto de solera e irnos caminando hasta el cine, porque está a un paso, a unos 300 metros. Eso sí, habrá por allí mucha gente paseando esa hora. Pero visto el éxito en los cines Verdi a las cinco de la tarde del miércoles, imagino que la peña de viandantes del sábado no supondría un problema y que Mi Persona y La Presidenta volverían a recibir de nuevo el afecto espontáneo del público… ¿O resultaría que no, que habría sinfonía de pitos y abucheos?

En resumen, me parece que la visita al cine de la imputada y de su augusto protector –vía Fiscalía y Abogacía del Estado– estuvo más amañada que un combate de Primo Carnera, al que la mafia hizo campeonísimo, o que unas elecciones de Maduro, o que cierta votación tras una cortina en un comité de Ferraz, allá por 2016. Es decir, un trampantojo. Como todo en el personaje.

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