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22 de septiembre de 2024

Cartas al director

Cuando la ideología lo intoxica todo

¿Si tuvieras que elegir a un cirujano para operar a tu hijo preguntarías si es de izquierdas o de derechas? ¿Sería un detalle importante o el factor de decisión sería analizar su trayectoria profesional? Aunque muchas veces se nos olvida, la tarea fundamental de un político debería ser gestionar bien. Invertir presupuestos limitados en beneficio de la sociedad. Por esa gestión deberían ser evaluados.

Lamentablemente no es así. La clase política hábilmente ha conseguido evitar ese incómodo momento que supone tener que rendir cuentas. ¿Cómo? Creando una cortina de humo llamada ideología. Vótame porque no soy de derechas/izquierdas. Conmigo o contra mí. Y ahora últimamente… los muros.

George Lakoff, lingüista y científico cognitivo estadounidense, escribió: «No pienses en un elefante» tras la derrota del Partido Demócrata en las elecciones de 2004. Lakoff investigó para entender cómo la gente podía votar a George Bush. Luego me enteré que George Lakoff había estado en el comité de sabios de José Luis Rodríguez Zapatero, entonces lo leí por segunda vez. Hoy entiendo mejor cómo somos manipulados. El concepto de los marcos mentales, frames y cómo condicionan la manera que tenemos de entender el mundo. Pensamientos que tenemos escondidos en nuestro cerebro y aunque no somos conscientes de tenerlos, cuando alguien consigue conectar con ellos, caemos en sus garras.

Como sociedad nos hemos dotado de filtros para elegir a los mejores profesionales que dirijan y lideren nuestra sociedad, el cirujano por ejemplo. Pero creo que hemos fallado a la hora de crear esos filtros con nuestra clase política, así como instrumentos de control donde se les pueda evaluar o parar. Si a eso añadimos: listas cerradas, faltas de respeto en el Congreso, miras cortoplacistas, medios de comunicación partidistas y fake news, pues ya tenemos el cóctel perfecto.

Atrapados estamos en un sistema perverso.

Juan Leyva

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