Satraparquía

Se inauguró la XV Legislatura de la Democracia, que esperemos no sea la última. Mientras que el discurso del Rey trataba de alentar la esperanza en una España unida y sólida, y el respeto a la Constitución del 78, como legado para los jóvenes, la presidenta de las Cortes reforzaba los cimientos de la «satraparquía», régimen en la mente de Sánchez para gobernar despóticamente, olvidándose del Poder Judicial. El esfuerzo de Armengol para legitimar el Gobierno salido de la voluntad popular, no encontró la aceptación del PP y Vox, que permanecieron sin aplaudir a la presidenta por entender que era un mitin del PSOE, por cuanto esa legitimidad de que se quiere revestir al Gobierno no puede presumirse en cuanto Sánchez en la campaña electoral, y como acostumbra, anunció todo lo contrario de lo que luego hizo, porque al parecer ya lo estaba preparando y engañó a sabiendas a los electores. Por ello, la XV no augura ser la «niña bonita», por mucho que se la maquille.