Amistades peligrosas

En un tiempo récord, crisis diplomáticas graves con Israel e Italia, reprobación a todas luces insalvable en el Parlamento Europeo, vigilancia y supervisión humillante por la Comisión Europea, problemas inmediatos de chantaje con los socios supremacistas del Gobierno, arrogante enfrentamiento frontal con el mundo jurídico y judicial, ruptura del Estado de derecho mediante una ley de amnistía inconstitucional, amenaza palpable de concentración de poderes con quiebra del sistema de contrapesos democrático, desprecio flagrante al principio de imperio de la ley, maniqueísmo político divisorio de la sociedad entre supuestos «progresistas» –los aceptados– y «reaccionarios» –los excluidos–, fomento de la división interna y purga impertinente dentro del propio partido, erección de un «muro» declarando querer impedir la normal alternancia política en el Gobierno, desplantes económicos chulescos con las consiguientes amenazas de abandono del país de importantes empresas, ¡y quienes le agradecen sus «buenas palabras» sin que muestre el más mínimo rubor ni incomodidad son los terroristas de Hamás! ¿A qué suena todo esto? Señor Presidente, ¿adónde quiere llevarnos?