Pues ya está

Que la Fiscalía General del Estado está al servicio del gran cínico que nos gobierna quedó claro cuando él mismo, ante una interpelación del entrevistador, respondió con la pregunta retórica: «¿De quién depende la fiscalía? Pues ya está». Y si alguien lo dudaba, sus actuaciones, con el traspaso de Dolores Delgado desde el Ministerio de Justicia, se han encargado de confirmarlo. Baste recordar su reiterado rechazo a investigar la actuación del Gobierno durante la pandemia, el hecho más grave –más de cien mil muertos– de nuestra historia reciente; su oposición a la querella por prevaricación contra el ministro Marlaska por el cese del coronel Pérez de los Cobos; su inacción ante los numerosos homenajes a los sicarios etarras; su intento de prescripción del asesinato de Miguel Ángel Blanco para evitar juzgar a dirigentes terroristas y un largo etc., hasta su reciente cambio de criterio respecto a la llamada plataforma Tsunami Democràtic, cuya actuación en 2019 fue considerada delito de terrorismo por «multitud de indicios de solidez incuestionable», que tras las elecciones del 23-J ya no lo eran tanto. Además, en un hecho sin precedentes, la vicepresidente Ribera señala como presunto prevaricador al juez que instruye la causa. Y es que para este Gobierno infame, ni la moral ni la ley aplican cuando de mantener el poder se trata. Y ahora urge asegurarlo con la amnistía eliminando cualquier obstáculo que la impida, de manera que cuando por fin se plantee el carácter constitucional de esa norma arbitraria, el gran cínico se preguntará: «¿De quién depende el Tribunal Constitucional? Pues ya está».