El discurso de Tunku Varadajan

Al leer el formidable discurso pronunciado por el periodista Tunku Varadajan en los premios de El Debate, reconozco en su fondo la opinión de tantos buenos amigos suizos con los que convivo aquí en la Helvetia, que plantan su bandera en cada jardín, tan orgullosos que están de su país. Les cuesta entender por qué los españoles nos boicoteamos a nosotros mismos, cuando ellos admiran nuestra cultura, tan diversa y rica, se empeñan en aprender nuestro idioma y envidian a más no poder nuestro sol.

Si, al señor Varadajan no le falta razón, somos unos acomplejados que solo acertamos a unirnos al completo cuando nuestra selección de fútbol gana un mundial. Y después, vuelta a la misma retahíla de una historia, la sufrida por nuestros abuelos y nuestros padres, nunca asumida ni archivada, con sus secuelas de odio y rencor que se empeñan en reeditar los vividores de la política. Esos que con sus discursos desfasados y acciones anti patriotas obstaculizan el posicionamiento y el progreso de España en Europa y en el mundo.

Me gusta su periódico, incluso pagaría por leerlo.