Cartas al director
Sagrada hospitalidad
No lo digo yo, lo explica muy bien la historia: leyendo La Odisea aprendemos que la hospitalidad era sagrada en el mundo antiguo. En el canto XIV se nos cuenta de manera muy hermosa cómo Ulises, metamorfoseado en mendigo, llega a su añorada isla y a su casa, el palacio de Ítaca. Allí, aun indigente, será acogido y tratado con absoluta dignidad y total respeto. Señores, cómo hemos cambiado, título de aquella canción inolvidable de Presuntos Implicados.
Estos días estamos oyendo hablar de la disputa política por «el necesario reparto de menores migrantes». ¿Qué nos sucede? ¿Por qué no somos capaces de gestionar este asunto como es debido? Es cierto, lo sabemos, el mundo es otro y sus contingencias más complejas y difíciles de acometer. Pues, por eso mismo, paremos ya las máquinas y reflexionemos. Aprendamos de los griegos.