Cartas al director
25 de agosto de 1900
El el día en que muere Friedrich Nietzsche. En 1882 había proclamado en La Gaya Ciencia: «Dios ha muerto». Con esta expresión quiso manifestar el rechazo de la idea de Dios como fundamento último de todo el orden cósmico y moral. Este rechazo de todos los valores tradicionales llevará al nihilismo, que quiere superar con la exaltación del «superhombre» que sería el origen del nuevo orden moral.
Con este nihilismo se abre el siglo más deshumanizado.: Las dos guerras más devastadoras de toda la historia, la primera y la segunda guerras mundiales, con el colofón de las explosiones nucleares de Hirosima y Nagasaki. No acaba aquí la pesadilla del siglo XX y de los comienzos del siglo XXI. Se han sucedido guerras por todo el mundo; actualmente vivimos las de Ucrania y Gaza.
La degradación moral en todos los órdenes de la vida político, social… ha alcanzado límites insuperables: legislaciones que atentan contra los valores humanos de la vida, la libertad, la dignidad de la persona humana; individualismo, consecuencia de la pérdida del sentido moral, despojado de su más sólido fundamento que es la ley natural, basada en la ley de Dios.
Es necesario recuperar los valores humanos y cristianos para evitar la destrucción de la humanidad. No me considero pesimista ante este panorama. Estoy convencido de que esa regeneración moral, cívica y humana es posible y está en marcha conducida por muchas personas que sin aparecer en los medios de comunicación social, están protagonizando un cambio histórico: héroes anónimos que día a día da a todos un ejemplo, un consejo, una palabra de aliento, una razón para la esperanza.
Invito a quien lea estas líneas a sumarse a ese equipo regenerador de la ética, el civismo, el humanismo y los valores cristianos que nos hicieron grandes.