Terapia contra el efecto llamada

A la vista del galopante incremento de la inmigración ilegal, es evidente que se deben de tomar medidas para evitar lo primero que hacen todos estos intrusos nada más llegar a las instalaciones de acogida, que es fotografiarse con sus teléfonos móviles (pues todos lo traen) delante de sus literas, en los comedores, y sobre todo en sus confortables habitaciones de hotel, en muchos casos hasta con vistas al mar, para enviárselas a toda su cuadrilla de amigos y familiares, y presumir del éxito de su arriesgada aventura. Y, lógicamente, se trata de incautarles sus teléfonos, e instalar inhibidores de la señal de internet en los centros de acogida, para que al menos no tengan esa facilidad para multiplicar el efecto llamada, que sin lugar a duda se está extendiendo como un tsunami por todo el continente africano, últimamente están llegando hasta de Pakistán, porque han descubierto que la frontera más porosa es la de Canarias. Está claro que posteriormente acabarán consiguiendo hacerse con un teléfono o acceder a un local con internet, pero por lo menos, ya que el gobierno no hace nada de nada por frenar esta invasión, no les demos ninguna facilidad en este sentido, porque ya es el colmo de que se rían delante de nuestras propias narices.