Cartas al director
Urtasun el cobarde
Este grosero personaje en cuanto se le abren los sesos, se encuentra con un dilema muy grande: su inculto proceder. Es abrir la boca y que salga el sol por Antequera. He leído en este periódico que este jactancioso personaje, «concede el Premio Nacional del Cómic a una obra que frivoliza con la comunión».
No creo que un premio de comic pueda mejorar con una obra premiada llena de referencias a una superstición cristiana, «con un frívolo con lo más sagrado como es la comunión para los creyentes», entre los que se encuentra un servidor.
No es la primera vez que abre la boca este ministro engañabobos. Siempre enfilando verbos inquisidores. Su cobardía es tan grande que no es capaz de frivolizar con cualquier imán en contra de sus prácticas y sermones de las mezquitas. No conozco que clase de persona es la premiada con este comic. Ni sé la diversidad de la misma, pero conociendo a este elemento no me cabe duda que lo ha rebuscado o forzado a hacerlo. Y, para más Inri, está esperando un cortometraje sobre esta incendiaria historieta.
Si este lúpulo de hombrecillo y trepador ha llegado a ser ministro, cualquier día veremos a un fundamentalista islámico de diputado o de ministro. Este espantoso y blasfemo cobarde, este burócrata de incultura falaz, felicitó a la ganadora destacando que se trata de un premio «merecidísimo». Estas insufribles y maquiavélicas manifestaciones de este malicioso son culpa del felón del presidente que tiene a su izquierda a un personaje rebuscado y sinónimo de él mismo.