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Cartas al director

A un año de la masacre de Hamás

Pronto se cumplirá un año (7 octubre 2023) de la masacre perpetrada por Hamás en un festival de música al aire libre, cerca del kibutz Urim, a cinco kilómetros de la valla que divide a Israel de la franja de Gaza, causando más de mil muertos, numerosos heridos y más de un centenar de rehenes.

Esa carnicería y las proporciones que ha tomado la reacción de Israel suscitan dudas razonables, al coincidir algunas circunstancias significativas.

Dicho concierto correspondía a un evento anual, que se viene organizando con la finalidad de intentar unir a las diversas culturas de la región a través de la música, la danza y el arte, tratando de contribuir a la paz.

La primera cuestión es: ¿interesa la paz a Hamás, y a quienes están detrás? ¿Quisieron matar a personas particularmente involucradas en crear un clima propicio para la paz y, a la vez, enterrar toda esperanza de conseguirla cambiando la percepción de los jóvenes?

La segunda, surge al considerar la respuesta israelí: los bombardeos y el aislamiento de Gaza; el ataque a la embajada de Irán en Siria; así como el espectacular golpe propinado a Hezbolá instalando explosivos en sus «buscas» y «walkie-talkies». Esta acción tuvo que ser preparada mucho antes, y no sólo en la construcción y manipulación de esos equipos, la constitución de la empresa fabricante o distribuidora, etc., sino en su concepción y en la tarea de ir «convenciendo» a los terroristas de no usar móviles.

¿Cómo se entiende que Israel pudiese conocer quién se reunía en Damasco, o lo que se guisaba en Beirut, y no lo que se avecinaba a cinco kilómetros de la frontera con una nutrida incursión enemiga en su territorio? ¿No cabría preguntarse si buscaba un motivo de suficiente peso para justificar una reacción de tanto calado?; ¿vio una oportunidad para actuar y tomar ventaja estratégica?.

Nadie duda del derecho de las personas y los pueblos a la legitimidad defensa. Pero, ¿descarta éste la proporcionalidad, los comportamientos morales en su ejercicio? Dicen que en la mesa y en el juego se conoce al caballero. Quien lo es de verdad, en el combate demuestra esa condición y acrecienta su dote.

¡Shalom!. ¡Salam!. Pueblos que saludan con idénticos deseos de paz: ¿por qué no habéis logrado aún el anhelo de Yahvé, Alá, de bendeciros con la Paz?

Los que hoy rigen vuestros destinos, ¿serán los llamados a conseguirlo?

Quien ama la Escritura conoce que: «la Justicia y la Paz se abrazan» (Sal 85,11).

Francisco Javier Lage

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