Cartas al director
De lo nuestro, lo mejor
Nadie en España es ajeno al terrible sufrimiento que desgarra el alma y la vida de miles de españoles que han perdido un amigo, un hijo, un hermano, unos padres, unos abuelos; arrebatados de este mundo antes de tiempo, por uno de los episodios meteorológicos más violentos que se recuerdan.
En mi mente quedan recuerdos del terremoto de Lorca, del volcán de La Palma, de las constantes DANA del Levante español, de incendios, de inundaciones, de accidentes, (desgraciadamente) de atentados; y de tantas otras desgracias.
Es en estos momentos en los que la virulencia de la naturaleza se alía con la parte más oscura del alma humana y trata de presentar batalla, echándoles un pulso a los españoles. Y es precisamente entonces cuando nos miramos todos a los ojos, dejando atrás absurdas diferencias y rencillas y encontramos, rascando en lo más profundo de nuestra identidad, lo mejor que nos define.
Entonces uno también recuerda cómo se saturaron los hospitales españoles de donantes de sangre cuando descarriló el Alvia en Angrois; cómo salió España a la calle para rechazar el terrorismo de la ETA tantas veces (sin bagajes ideológicos); cómo la Armada trasladó a agricultores canarios en sus LCM del Grupo Naval de Playas a sus plantaciones de La Palma, aisladas por las corrientes de lava; y cómo, hoy, tantos y tantos españoles están volcados en ayudar a nuestros hermanos del Levante a recuperar sus vidas aportando la ayuda que buenamente pueden.
Es algo característico, inherente a nuestra condición de españoles. En la memoria de todos quedará el sacrificio y la muerte de un doloroso y altísimo número de fallecidos.
En su memoria: han conseguido sacar una vez más de los españoles, de lo nuestro, lo mejor.
A todos ellos. Descansen En Paz.