Cartas al director
El absurdo y los pinganillos
«Jo sóc catala` i només parlo catala` i no espanyol», dijo el diputado C. en el Congreso, también empresario de la empresa cárnica de Gerona especializada en el fuet 'El absurdo'.
Cierto día, en viaje de negocios por México para expandir el negocio de sus longanizas, al acercarse a uno de los potenciales clientes en el país azteca, C. le dijo a M.:
–Buenas tardes, señor M., me encantaría que probase nuestros productos, en especial el fuet 'El absurdo', tan bueno como los mejores salchichones ibéricos de nuestra querida España.
A lo que el interpelado le contestó en náhuatl (una, junto con el español, de las muchas lenguas de México) tlein (¡qué!).
–Perdón, le dijo el catalán, no le entiendo.
–Ahh.., ¡no me había percatado, como habla tan bien el español siendo catalán!...: lo siento. En todo caso, mi firma tiene contratados todos sus servicios cárnicos en la madre patria con la marca 'El pinganillo'. Tlasojkamati (gracias en español).
Hasta ahí llegó el viaje negociador de las trabalenguas de lo absurdo.