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Cartas al director

Inteligencia Artificial

La mal llamada IA no parece una buena aliada para la educación, tal y como se denomina. ¿Por qué llamarla «inteligencia»? ¿Porque «aprende» de su usuario? La tan valorada capacidad de reprogramación o reconfiguración de esta tecnología, en ningún caso, supone algo similar a las capacidades humanas, por muy exponencial y vertiginoso sea el desarrollo de su potencial.

Un nombre menos pretencioso y sustitutivo, por uno más modesto y colaborativo, convertiría a esta tecnología en una mejor aliada para la educación. Por ejemplo, «Asistente Personal Artificial» o «Asesor de Estudio Artificial» son términos que se muestran a nuestro servicio. Lo que facilitaría que la pedagogía diera la bienvenida a esta tecnología «con los brazos abiertos», siempre y cuando desarrolle y mejore en el aprendiz habilidades básicas como la lectura, escritura, escucha, expresión oral, memorización, pensamiento o razonamiento

Álvaro Gil Ruiz

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