Fundado en 1910

Cartas al director

Diáspora europea

En un momento clave para el orden global, Europa se dispersa. Mientras Estados Unidos redobla su estrategia para contener a China en el Indo-Pacífico, los países europeos actúan por separado, debilitando la voz común que debería tener la Unión Europea.

España se acerca a China buscando una alianza estratégica, mientras Italia se alinea con Estados Unidos, negociando acuerdos de forma individual. La presidenta de la Comisión Europea intenta compensar viajando a India, pero todo apunta a una falta de cohesión preocupante. Europa parece más ocupada en contentar a sus propios socios que en construir una política comercial fuerte y unificada.

Esta descoordinación reduce el margen de maniobra del bloque. En plena guerra arancelaria entre las dos grandes potencias, Europa debería estar preparada para actuar con una sola voz y aprovechar su peso económico. Sin embargo, cada viaje bilateral transmite debilidad.

China observa. Estados Unidos toma nota. Si Europa no se define como actor, será tratada como terreno de disputa. La oportunidad de consolidar una posición relevante en esta nueva era global podría perderse, no por falta de capacidad, sino por exceso de agendas nacionales.

Trump quiere ganar esta guerra comercial. Pero si no lo consigue, ¿Qué vendrá después? ¿Estamos seguros de que la próxima batalla será solo económica?

Pedro Marín Usón

comentarios
tracking