«Los últimos soldados de Franco no se rinden»
La indefensión que siente todo aquel que como yo quiere defender sus ideas libremente alcanza tintes preocupantes al igual que la que puede sentir un ciudadano de cualquier tiranía comunista. La misma
No, esta frase que tiene un componente romántico y heroico, no es mía, no. Es la conclusión, a modo de epilogo, que el programa Estudio de Investigación de la cadena de televisión La Sexta, emitió el pasado día 22 de noviembre con el titulo « Fundación Franco, los días contados», en 'prime time', es decir a las 22:30 horas.
A lo largo de una hora larga de duración la citada cadena a través de reportajes intercalados y diversas entrevistas a determinadas personas, afines o relacionadas con la Fundación Franco, intenta reflejar lo que considera los últimos días de existencia de esta Fundación. No empieza bien, pues recoge unas declaraciones, a modo de prólogo, de un abogado memorialista llamado Ranz, que miente descaradamente a conciencia, con la clara intención de confundir a la opinión pública, al afirmar que una resolución de la asamblea de la UE proclamaba en el año 2018 la disolución de la Fundación Franco, cuando lo que realmente se recomendaba en ella era la de la condena de los regímenes comunistas y el nazismo. Nada que ver con lo que es y hace esta fundación. Cierto es que después sí recoge fielmente mis declaraciones o las de Álvaro de Marichalar, y la de algunos otros, pero ya la idea del posible espectador estaba contaminada por las iniciales del sectario abogado Ranz. Pura técnica marxista en la comunicación: la mentira como arma.
La cuestión, a mi modo de ver, es que el programa citado no se centra en ningún caso en lo que para mí es el centro de gravedad de lo que supone la ilegalización de una Fundación como la que presido. Y es que más allá de lo que defienda ésta, lo que verdaderamente están en juego son derechos fundamentales de las personas. Derechos recogidos tanto en el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos humanos de las Naciones Unidas como en la propia Constitución Española en sus artículos 16 y 20.
Artículo 19 Naciones Unidas: «Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión».
Artículo 16 CE : «Se garantiza la libertad ideológica , religiosa y de culto de los individuos sin más limitación que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley».
Artículo 20 CE : Se reconocen y protegen los derechos a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.
Papel mojado para un Gobierno socialcomunista a quien poco le importan los derechos de aquellos españoles que no piensan como ellos. Y lo hacen al amparo de una ley como la de Memoria Democrática cuya constitucionalidad está recurrida ante el Tribunal Constitucional.
La indefensión que siente todo aquel que como yo quiere defender sus ideas libremente alcanza tintes preocupantes al igual que la que puede sentir un ciudadano de cualquier tiranía comunista. La misma.
Indefensión y escepticismo ante el futuro que se avecina , más aún cuando vemos como hasta el mismísimo Partido Popular se suma a los afanes liberticidas de este Gobierno como demostraron recientemente al votar conjuntamente con socialistas, comunistas y secesionistas la aprobación de una proposición de ley sobre el derecho de asociación.
Es posible que los realizadores del programa Estudio de Investigación hayan, siquiera implícitamente, captado este sentimiento y sin ser conscientes de ello hayan terminado su programa con la frase que da título a este artículo: «Los últimos soldados de Franco no se rinden, librarán su guerra en los tribunales, no están dispuestos a que esta sea su última cena». Y así será.
Sí, la Fundación Franco libra quizás su última batalla por su pervivencia, pero en las circunstancias presentes esta batalla va más allá de lo que es la esencia de la misma . La batalla ahora es por la defensa de la libertad. Mentir tras mentir, una y otra vez, hasta convertirse en una verdad, es técnica marxista conocida , pues bien, insistir como hacemos nosotros ahora en contar verdad tras verdad hasta que resplandezca ésta, es nuestra técnica. Lo único que nos queda. ¿Seguiremos solos? ¿nos apoyará alguien? ¿sucumbiremos todos a la tiranía ideológica marxista?
- Juan Chicharro Ortega es general de División de Infantería de Marina ( R ) y presidente ejecutivo de la Fundación Nacional Francisco Franco