Las diócesis de Bilbao, Burgos y Coria-Cáceres, las más transparentes de España

La diócesis de Bilbao, la archidiócesis de Burgos y la diócesis de Coria-Cáceres son las más transparentes de España, según el informe Rendición de cuentas y transparencia en la Iglesia, elaborado por la Fundación Haz (antes, Fundación Compromiso y Transparencia).

El informe, que examina la transparencia y el buen gobierno en las 69 diócesis y archidiócesis, sin tener en cuenta la castrense, señala que se ha producido «un importante incremento» en los niveles de transparencia de la Iglesia española con respecto al año anterior.

En concreto, el documento apunta que «aumenta el cumplimiento en todas las áreas analizadas, así como en 61 de las 69 diócesis que componen la muestra».

Las dos sedes que más han mejorado respecto a informes anteriores son: la diócesis de San Sebastián -buen legado el que deja en esta materia el que hasta hace poco fuera su obispo, José Ignacio Munilla-, que ha incrementado su transparencia en 15 puntos, seguida de Calahorra y La Calzada-Logroño, con un aumento de 14 puntos. 

¿Cómo se organiza el estudio? 

El ranking cuenta con tres categorías: transparentes, traslúcidas y opacas. Así, el 79% de las diócesis españolas se encuentran en el grupo de diócesis traslúcidas; las diócesis calificadas como transparentes han pasado de dos a tres, y las clasificadas como opacas son una docena, entras las que estarían, según este informe, la archidiócesis de Barcelona, Granada, Santiago de Compostela, Valladolid y cerrando el listado las diócesis de Almería -que acaba de cambiar de obispo a petición expresa del Papa Francisco por los desbarajustes económicos- Canarias y Lugo. 

Por otro lado, el ranking  está liderado por la diócesis de Bilbao (30 puntos sobre 38), seguida de la archidiócesis de Burgos (29), y la diócesis de Coria-Cáceres (27), que este año sube al podio de entidades transparentes.

Los resultados se desprenden del análisis de 19 indicadores organizados en seis grandes áreas: información histórica y administrativa sobre la diócesis, estructuras de dirección y gobierno, principales políticas económicas y de gestión de riesgos, el plan diocesano, información económica y resultados de la actividad.

El informe muestra que prácticamente todas las área e indicadores han registrado mejoras en los grados de transparencia. Por áreas, en Políticas, ha pasado de un cumplimiento del 4% en el 2019 a un 25% este año, un aumento que los autores del estudio atribuyen en gran parte al indicador de la política relativa a la Protección y salvaguarda de menores, que ha pasado de un cumplimiento del 6% el pasado año a uno del 50% en esta edición.

Este aumento va de la mano del cumplimiento de las diócesis con el motu proprio del Papa de crear en todas las diócesis del mundo oficinas para poder atender a las posibles víctimas de abusos.

Por otro lado, el área de Información económica ha experimentado un aumento de 19 puntos porcentuales, pasando del 3% al 22% esta edición, una subida que achacan a la publicación del presupuesto del 73% de las diócesis, 70 puntos más que el año anterior. En este área, sin embargo, la fundación advierte de que existe todavía mucho margen de mejora en las prácticas de transparencia, pues las diócesis que cumplen los indicadores de transparencia económica son «la excepción». En concreto, indica que ninguna de las 69 sedes evaluadas cumple íntegramente los cuatro indicadores exigidos referentes a presupuesto, estados financieros, informe de auditoría y memoria explicativa.

Reconocimiento del esfuerzo de la CEE

El informe también destaca «el esfuerzo que viene haciendo desde hace años la Oficina de Transparencia de la Conferencia Episcopal Española por estandarizar los sistemas contables e impulsar procesos de revisión interna y externa».

Si bien, es precisamente «la necesidad de fortalecer las funciones de gobierno y supervisión del consejo de asuntos económicos» la que ha llevado a la Fundación Haz a incorporar el próximo año dos nuevos indicadores referidos a la composición y funcionamiento de este órgano.

Por otra parte, el documento sigue apreciando en esta edición una «ausencia importante de políticas generales en aspectos clave de la administración de los bienes económicos de la Iglesia, como son la aprobación de una Política de inversiones financieras y una Política de contratación de obras».