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El Papa Francisco sorprende en una tienda de discos en el centro de Roma

De Mozart a Wagner, pasando por Dylan y Pink Floyd: la música que escuchan los Papas

Como todo hijo de vecino, los Santos Padres tienen sus particulares gustos musicales. Algunos, a diferencia de lo que se pudiera creer de partida, son mucho más 'cañeros' de lo esperado

Abstraer a los sacerdotes y religiosas de las cosas del mundo ha sido una máxima durante muchos siglos. Aquello que dice el Evangelio de san Juan (17:15 -17) de ser del mundo sin estar en el mundo no es una máxima que debiera aplicar en los gustos y apetencias musicales.

Si el que canta, ora dos veces, como dicen que decía san Agustín, el que escucha o practica con un instrumento, también forma parte de la experiencia estética a la que nos conduce las obras maestras de Mozart y Wagner, pero también los hits setenteros de Bob Dylan y Pink Floyd.

Sin ir más lejos, hace apenas unas semanas, veíamos al Papa Francisco salir de la tienda Stereosound, en el centro de Roma, donde había acudido para bendecir el local y, de paso, llevarse un vinilo bajo el brazo de música clásica.

En múltiples ocasiones, el actual Papa ha comentado que de joven disfrutaba de los boleros, de algunos cantautores argentinos, y que con los años ha ido compatibilizando sus pocos ratos libres escuchando los motetes y cantatas de Bach, la ópera final de Wagner Parsifal y, hete aquí la sorpresa, picoteando por Revolver de los Beatles o del afamado disco de los británicos Pink Floyd, The Dark Side of the Moon.

Sin ir más lejos, hace un par de años, alabó las distintas iniciativas que se estaban desarrollando para dar a conocer la encíclica ecológica a través de la música. En este caso fue a través del rap Laudato si’ revolution, donde el sacerdote y fraile menor indio Sandesh Manuel que, desde su Bangalore, se hizo viral en todo el mundo.

Huelga decir –y los que han acudido a una Jornada Mundial de la Juventud en alguna ocasión lo podrán confirmar de primera mano– que en estos eventos la música ocupa una parte central de la agenda en los encuentros del Papa con los jóvenes de todo el mundo.

Juan Pablo II en el concierto de Bob Dylan en el Vaticano

Juan Pablo II, en el concierto que Bob Dylan dio en el VaticanoE.P.

JP II, con Dylan y Ratzinger al piano

Si bien es cierto que Dylan ha ido recorriendo su propio camino hacia la sobriedad –algunos dirán que hacia el hastío– en sus espectáculos en directo (no parece, por la imagen, que san Juan Pablo II se lo estuviera pasando en grande en aquel momento), lo cierto es que el papa viajero estuvo presente en el proceso de llevar al genio del folk-rock americano hasta el Vaticano para poder poner decir, al igual que muchos de nosotros, que al menos había escuchado en vivo y conocido a uno de los personajes más influyentes en la música del s. XX.

Al igual que a su sucesor, Benedicto XVI, la música clásica forma parte de su dieta diaria de goce y esparcimiento. En este sentido, Ratzinger llevó su afición más lejos y, entre sus hobbies, siempre ha estado tocar el piano, siendo Mozart, Bach y Beethoven los compositores a los que gusta interpretar siempre que puede.

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