Fundado en 1910
Manos Unidas agua

Manos Unidas

Día Mundial del Agua 2022

Manos Unidas y su lucha para que 750 millones de personas tengan acceso a agua potable

El Papa Francisco ha reivindicado que «el mundo está tan sediento de paz como de agua»

«Hoy, más de 2.000 millones de personas se ven privadas del acceso a agua potable o al saneamiento», ha denunciado el cardenal Pietro Parolin en nombre del Papa Francisco en el IX Foro Mundial del Agua este lunes 21 de marzo, que se celebra en Dakar, Senegal, bajo el título Seguridad del agua para la paz y el desarrollo.

Este líquido, ha defendido el número dos del Santo Padre, «debe convertirse en símbolo de acogida y bendición, un motivo de encuentro y colaboración que aumente la confianza mutua y la fraternidad». Como el bien esencial para la vida humana que es, el brazo de cooperación al desarrollo de la Iglesia católica en España, la ONG Manos Unidas, trabaja en numerosos países –muchos de ellos azotados por sequías crónicas– con un total de 21 proyectos para facilitar el acceso al agua potable de sus poblaciones y herramientas de saneamiento.

Un bien y un derecho

Lo primordial es que las poblaciones tengan acceso al agua apta para el consumo humano todo el año. En los países más desarrollados, abrir el grifo y que el agua limpia caiga se da por hecho, pero a lo largo del globo, destacando la acción de Manos Unidas en África y Sudamérica, son necesarias las captaciones de la lluvia o perforaciones en la tierra para extraer ese preciado líquido que hidrata a sus habitantes.

Más de 700 niños menores de 5 años mueren cada día de diarrea, por el agua insalubre o un saneamiento deficiente, según las Naciones Unidas. Esta es también la quinta causa de muerte en las mujeres, y potencia enfermedades como la malaria o la esquistosomiasis, junto con otras infecciones. El riesgo de fallecimiento no es la única consecuencia de esa falta de acceso al agua potable, aunque sí la más grave. Suelen ser las niñas y las mujeres las encargadas de buscar y cargar con los bidones desde los pozos. Se estima que estas dedican el 25 % de su tiempo a esta labor y caminan una media de seis kilómetros diarios.

«El agua no es solo un bien. Es fundamentalmente un derecho humano, reconocido como tal por Naciones Unidas en 2010, y por eso es tan urgente tomar ciertas medidas y cambiar aquellos comportamientos que no hacen sino agravar el problema», asegura María José Hernando, del departamento de Estudios de Manos Unidas. «Probablemente, a ninguno de nosotros nos falte el agua para beber, ni para lavarnos cada vez que queremos, pero esto no puede justificar que tengamos unas pautas de consumo bastante irresponsables», explica.

El proyecto de Manos Unidas en Camerún cuenta con 23.400 beneficiarios directos

El proyecto de Manos Unidas en Camerún cuenta con 23.400 beneficiarios directosManos Unidas

Camerún es uno de los países africanos en camino a alcanzar las metas de acceso a este dulce líquido, aunque no en materia de saneamiento. El 43 % de las personas que viven en el mundo sin agua potable habitan en el África subsahariana. Para combatir esta triste realidad, Manos Unidas trabaja en cuatro aldeas rurales de la provincia de Meme: Nake, Bai-Panya, Dieka y Melende. Los habitantes de estas localidades se veía obligados a recorrer largas distancias hasta encontrar donde llenar sus cubos: riachuelos contaminados por la acción del hombre y de los animales –causa de la proliferación de enfermedades de origen hídrico como diarreas, disentería, fiebres tifoideas e incluso cólera–.

Los 23.400 beneficiarios directos del proyecto, los habitantes de estas poblaciones rurales, se han organizado en distintos comités de gestión y se han comprometido a aportar mano de obra no cualificada para la limpieza del terreno o la excavación.

Agua contaminada, agua que mata

La escasez de agua es un problema generalizado, y el acceso a ella de una mala manera, es decir, no apta para el consumo humano, lo es también para 1.800 millones de personas en el mundo, que la beben contaminada, y 2.400 millones que carecen de servicios básicos de saneamiento. Manos Unidas denuncia también que más del 80 % de las aguas residuales resultantes de la actividad humana se vierten en los ríos o en el mar sin ningún tratamiento. Resultado: la contaminación.

En el Amazonas ecuatoriano hace más de 50 años que el agua no brota limpia. Las empresas extractivas, sobre todo las petroleras, han contaminado las tierras de las provincias de Sucumbíos y Orellana, donde el acceso a agua potable es prácticamente imposible para los habitantes de las zonas rurales.

amazonas ecuatoriano

Manos Unidas

La solución llegó gracias a una alianza entre Manos Unidas y el Frente de Defensa de la Amazonia, socios locales desde 2010, para que los afectados puedan ejercer su derecho al agua limpia. Este proyecto, que beneficia directamente a 400 personas de 100 familias, consiste en la instalación de 100 sistemas de purificación de agua de la lluvia.

«Para ello, se ha construido una torre de metal que alberga dos tanques de agua, uno destinado al proceso de depuración, llevado a cabo de manera natural y sin generar ningún tipo de carga de energía eléctrica, y otro al almacenaje con una capacidad 1.100 litros para guardar el agua apta para el consumo», explica María Manso, coordinadora del trabajo en esta región de Ecuador.

Para Manos Unidas es tan importante que las personas tengan acceso a este bien fundamental, como que este sea apto para el consumo, pero también la gestión de recursos hídricos y la protección de los ecosistemas. Su objetivo: que la estimación de la ONU, que afirma que 700 millones de personas en todo el mundo podrán verse forzadas a desplazarse por la escasez de agua de aquí a 2030, no se cumpla.

comentarios
tracking