Semana Santa 2022 ¿Qué se conmemora el Domingo de Ramos?
La historia de hace dos mil años nos recuerda, cada Semana Santa, la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén y su proclamación como Rey de la Paz
Hoy, 10 de abril de 2022, la Iglesia católica celebra el Domingo de Ramos. Se trata de una de las fiestas centrales de la Semana Santa dentro de la vida de los cristianos pues es el momento en el que los evangelistas registran la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, donde todo el Pueblo de Dios, agolpado entre sus calles, reconocieron al Mesías que, a lomos de un pollino, irrumpió en la ciudad santa entre hosannas, aleluyas y ramas de olivos.
De este modo el Domingo de Ramos es un momento de gozo, de compartir la alegría del que reconocemos como nuestro Rey de la Paz y Salvador de los hombres por el coste de su sangre inocente. Sin embargo, esto ocurre antes del Viernes de Pasión. Y así queda registrado en el Nuevo Testamento.
«¡Alégrate, Jerusalén!»
Faltaban cinco días para la Pascua y era domingo. Aceptando su destino en la cruz como salvador de los hombres, Jesús se encaminaba a Jerusalén acompañado por sus discípulos. Poco antes de llegar les pidió a dos de ellos: «Id a la aldea que tenéis enfrente, y nada más entrar en ella encontraréis un borriquillo atado, sobre el que todavía no ha montado ningún hombre; desatadlo y traedlo y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, contestadle: 'El Señor lo necesita, y lo devolverá pronto'» Así está escrito en el Evangelio de Marcos, donde sucedió tal y como lo predijo, cumpliendo de este modo la profecía de Zacarías: «¡Salta de gozo, Sión, alégrate, Jerusalén! Mira que viene tu rey, justo y triunfador, pobre y montado en un borrico, en un pollino de asna» (Zacarías 9:9).
Muchos eran los que ya le seguían desde Galilea. Algunos eran apóstoles y otros habían sido testigos de los milagros que le antecedían. San Lucas indica este momento con entusiasmo ya en la bajada del Monte de los Olivos, cerca de la ciudad, cuando gritaban: «¡Hosanna el hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!» (Mateo 21:9).
Fue entonces, en aquella algarabía alegre, cuando algunos fariseos le pidieron a Jesús que impusiese el silencio y parase las voces. Cristo les respondió: «Os digo que, si estos callan, gritarán las piedras» (Lucas 19:40).
De la vida oculta al trono celestial
Jesús irrumpe desde el silencio de la vida oculta, humilde, misteriosa y abnegada de su hogar a los caminos y veredas para saciar a los sedientos de sentido. Llegado el momento, Dios hecho hombre se revela a los corazones de sus discípulos y de todo aquel que, libremente, decide escucharle. Su vida pública alcanza su zénit precisamente el Domingo de Ramos, con el reconocimiento del pueblo como guía y pastor del rebaño. Este día representa para los cristianos un momento fundamental en su fe. Algo que ocurrió hace dos mil años resuena hoy en el corazón de cada cristiano. Nuestra Iglesia nos anima a celebrar con júbilo la entrada de Jesús en Jerusalén esta Semana Santa para acompañarle con el espíritu ligero y las palmas apunto por todos los rincones de nuestro país.