Fundado en 1910
rodrigo pinedo

Del chanelazo al sanisidrazo

Nuestro santo madrileño es un santo universal y este jubileo es una ocasión privilegiada para reivindicar su legado, para vivirlo

Actualizada 12:26

El 15 de mayo, en la puerta de la colegiata de San Isidro, un reportero de Telemadrid abordó al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, para que valorara una de las noticias del día: el podio de Chanel en Eurovisión y su actuación, pocas horas después, en las fiestas de la capital de España.

—Alcalde, esta tarde toca chanelazo en la plaza Mayor, ¿no?

Al ser testigo de la escena, reconozco que sentí un poco de vergüenza ajena y pensé que lo suyo hubiera sido que preguntara al regidor más cosas sobre el jubileo concedido por la Santa Sede a Madrid con motivo del 400 aniversario de la canonización de nuestro patrón, que estaba a punto de arrancar. Luego entendí que, aparte de que este periodista siempre tiene un tono desenfadado, la anécdota podría ilustrar algo esencial de san Isidro: es un santo popular, de todos, como populares son sus fiestas y popular es SloMo.

No se confundan ni escandalicen, señora’ y señore’: no estoy comparando stricto sensu al santo labrador con la artista de origen cubano ni reduciendo su fascinante historia a una canción muy pegadiza –y con una letra ininteligible– o a un baile que quita el aliento. Lo que sí veo es que Chanel es una curranta y que ha conectado con gente del mundo entero, más allá de lecturas ideológicas. Igual que nuestro patrón. A ver, que lo explico a slow mo, mo, mo, mo, mo: san Isidro no fue un hombre de grandes teorías, sino que fue un hombre cercano a los vecinos de Madrid, familiar, muy trabajador. Con una profunda fe, su testimonio ha llegado a los lugares más recónditos… ¿Acaso no se merece nuestro voto?

Como subrayó el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, en la apertura del Año Santo, fue «un hombre de nuestro pueblo», un buen «esposo y padre». Fue alguien que «cuidó esta tierra como obra de Dios», que «supo vivir dignificando el trabajo humano» y que descubrió en el Señor a Aquel que «es meta de la historia y único Salvador del mundo». «Es urgente promover el valor y la dignidad de la familia, defender el trabajo digno, cuidar la tierra...», aseveró el purpurado, recordándonos que el ejemplo del patrón de Madrid no ha perdido ni un ápice de vigencia.

En esta fiesta se oyen fuertes aplausos en la pradera, en las calles del centro y en toda la Comunidad de Madrid. También dan doce puntos al santo labrador desde un pueblo de la España vaciada. ¡Y otros douze points desde una aldea africana! ¡Y anuncian otros twelve points para el marido de santa María de la Cabeza y padre de Illán desde algún país iberoamericano! ¿Se imaginan el sanisidrazo? Nuestro santo madrileño es un santo universal y este jubileo es una ocasión privilegiada para reivindicar su legado, para vivirlo. Por uno mismo y por todos.

  • Rodrigo Pinedo es director del semanario católico Alfa y Omega y director de medios de comunicación del arzobispado de Madrid
comentarios
tracking