¿Cuál fue la primera iglesia católica en el mundo?

Con veintiún siglos de historia, la religión católica cuenta con numerosos monumentos artísticos de valor incalculable. Desde los primeros siglos del cristianismo, los Papas y fieles han puesto grandes empeños en llegar a Dios a través del arte y los lugares de culto. Catedrales, basílicas e incluso ermitas acercan a los fieles a Dios. La primera iglesia católica se construyó en el IV, en tiempos del Imperio Romano.

Se trata de la basílica de San Juan de Letrán, en Roma. Tras la conversión del emperador Constantino después de salir victorioso de la batalla de Puente Milvio (312 d.C), este ordenó la construcción de la iglesia como agradecimiento a Dios. Esta batalla tuvo también como consecuencia la libertad de culto para los cristianos.

Esta iglesia se encuentra entre las cuatro Basílicas Mayores: la Basílica de San Pedro, San Pablo de Extramuros, Santa María la Mayor y San Juan de Letrán. Asimismo, es la sede de la diócesis de Roma y su construcción es precedente a la Basílica de San Pedro, convirtiéndose así en la iglesia más antigua de la historia.

En el año 846 un devastador terremoto destruyó la primitiva iglesia. Esta fue reconstruida por el papa Sergio III y decidió dedicarla a San Juan Bautista. Posteriormente, el papa Lucio II dedicó la basílica también a San Juan Evangelista. Una curiosidad sobre esta iglesia es que goza de la extraterritorialidad dentro del Estado italiano, por lo que pertenece al Vaticano. Esta iglesia fue hasta el año 1305 la residencia oficial de los papas.

Arquitectura de San Juan de Letrán

La basílica consta de cinco naves divididas en columnas. El barroco Borromini es el autor de la decoración del interior de San Juan de Letrán. Los mosaicos del ábside pertenecen a la época medieval, mientras que de la iglesia primitiva no se conserva nada debido a la destrucción de esta tras el terremoto del año 846 d.C.

En la nave principal destacan las estatuas de los doce apóstoles, que datan del siglo XVIII. Según cuenta la tradición , el ara del altar papal es la misma piedra que utilizaba el apóstol San Pedro para predicar en el antiguo Imperio Romano. En un relicario en el interior del ara se encuentran las cabezas de san Pedro y san Pablo.

La fachada de la basílica es otro claro ejemplo del clasicismo barroco, obra del arquitecto Alejandro Galilei en el siglo XVIII. Destacan las estatuas que se encuentran en lo alto de la fachada, que representan a Jesucristo, san Juan Evangelista y san Juan Bautista, así como a doctores de la iglesia. En el tímpano se conserva un mosaico de la antigua iglesia paleocristiana.