El Papa subraya la importancia de aprender de la Historia ante la amenaza nuclear de Rusia
Francisco I ha recordado que hace 60 años se iniciaba el Concilio Vaticano II entre amenazas nucleares similares a las que sobrevuelan a Occidente ahora
El Papa Francisco ha instado a aprender de la Historia tras citar el peligro de guerra nuclear que amenazaba el mundo durante el periodo en el que inició el Concilio Vaticano II, en su mensaje durante el rezo del ángelus en la plaza de San Pedro.
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Francisco ha recordado que hace 60 años (el 11 de octubre de 1962) se iniciaba el Concilio Vaticano II: «No podemos olvidar el peligro de guerra nuclear que en aquel entonces amenazaba al mundo. ¿Por qué no aprender de la historia?», ha dicho en referencia a la crisis de los misiles entre Cuba, Estados Unidos y la Unión Soviética.
«También en aquella época había conflictos y grandes tensiones, pero se eligió la vía pacífica. Está escrito en la Biblia: Así habla el Señor: 'Deténganse sobre los caminos y miren, pregunten a los senderos antiguos dónde está el buen camino, y vayan por él: así encontrarán tranquilidad para sus almas», ha añadido Francisco.
El Papa ha explicado que actualmente existe «una migración hacia Europa» que «hace sufrir» y «hace abrir el corazón, que es la de los ucranianos que huyen de la guerra», al tiempo que ha vuelto a pedir «que no se olvide a la martirizada Ucrania».
El Pontífice ha hecho estas declaraciones tras celebrar la canonización del obispo italiano Juan Bautista Scalabrini, padre de los migrantes y refugiados (1839-1905), y, el salesiano coadjutor Artémides Zatti (1880-1951), llamado el «enfermero de los enfermos».
Saliéndose del discurso que tenía preparado, el Papa ha dicho que la exclusión de migrantes es «criminal».
«Hoy, en el día que Scalabrini se convierte en santo, quisiera pensar en los inmigrantes. Es escandalosa la exclusión de los migrantes, en efecto es criminal*es pecaminosa porque no se abren las puertas a quien tiene necesidad*», ha afirmado.
Así, ha recordado que el Mediterráneo es también un gran cementerio a cielo abierto. «No, no excluimos a los migrantes, los mandamos fuera, se les envía a los campos de concentración y se les deja morir o son vendidos como esclavos o explotados», ha denunciado Francisco.
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El Pontífice ha instado a los fieles a «caminar junto a los demás», a «escuchar», a «vencer la tentación» de atrincherarse en su autorreferencialidad y de pensar sólo en sus propias necesidades.
El Papa también ha lanzado un mensaje a la Iglesia que prepara el camino sinodal: «Pero caminar juntos, es decir, ser sinodales, es también la vocación de la Iglesia. Preguntémonos hasta qué punto somos realmente comunidades abiertas y que incluyen a todos».
En este sentido, se ha preguntado si les hacen sentir parte de la comunidad o se les excluyen. El Papa ha invitado a incluir siempre, tanto en la Iglesia como en la sociedad«. »Me da miedo ver comunidades cristianas que dividen el mundo en buenos y malos en santos y pecadores; de esa manera, terminamos sintiéndonos mejores que los demás y dejamos fuera a muchos que Dios quiere abrazar. Por favor, hay que incluir siempre, tanto en la Iglesia como en la sociedad, todavía marcada por tantas desigualdades y marginaciones", ha concluido.