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Eli Cohen, judío y católico

Eli Cohen, espía judío y católico

Sacerdotes católicos y espías para el Mossad, ¿fueron héroes o traidores?

¿Qué sucede cuando algunos de sus agentes son católicos? ¿Cómo se vive la fe en una organización tan secreta y peligrosa? ¿Se puede ser fiel a Dios y a la patria al mismo tiempo? ¿Y sin son sacerdotes?

El Mossad, el servicio de inteligencia exterior de Israel, es conocido por sus operaciones secretas en todo el mundo, algunas de las cuales han causado gran controversia y condena internacional. Pero lo que quizás no se sepa tanto es que ha contado con la colaboración de algunos sacerdotes y laicos católicos que, por diversos motivos, han decidido ayudar a la causa israelí.

El Mossad es uno de los servicios de inteligencia más eficaces y respetados del mundo. Su lema es «Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud de consejeros hay seguridad» (Proverbios 11:14). Su misión es defender los intereses de Israel y combatir el terrorismo y las amenazas externas, incluso fuera de sus fronteras. Es responsable de la recopilación de inteligencia, acción encubierta, espionaje y contraterrorismo en todo el mundo, salvo Israel y los territorios palestinos. Fue creado en 1949 por el primer ministro David Ben-Gurión, el Mossad depende directamente del primer ministro de Israel y cuenta con ocho departamentos. Algunas de sus operaciones más famosas fueron la captura de Adolf Eichmann en 1960 uno de los responsables del Holocausto en Argentina, la operación Entetebbe, el rescate de más de cien rehenes israelíes secuestrados por terroristas palestinos y alemanes en un avión de Air France desviado a Uganda en 1976, o una de las más recientes operación robo del siglo en 2018, el robo y extracción de miles de documentos secretos sobre el programa nuclear iraní desde un almacén en Teherán.

Pero ¿qué pasa cuando algunos de sus agentes son católicos? ¿Cómo se vive la fe en una organización tan secreta y peligrosa? ¿Se puede ser fiel a Dios y a la patria al mismo tiempo? ¿Y sin son sacerdotes? Estas son algunas de las preguntas que nos planteamos al conocer los casos de algunos católicos que han trabajado para el Mossad, ya sea por convicción, por oportunidad o por coacción.

El caso más famoso: Eli Cohen

Eli Cohen fue un espía israelí que se infiltró en Siria bajo la identidad de Kamel Amin Thaabet, un empresario y diplomático. Su objetivo era obtener información sobre los planes militares y políticos del país árabe, que estaba en guerra con Israel. Para ello, se ganó la confianza de altos funcionarios sirios e incluso llegó a ser propuesto como ministro de Defensa.

Eli Cohen era judío, pero también católico. Se había casado con una mujer católica llamada Nadia Majald, con quien tuvo tres hijos. Ellos vivían en Argentina, donde Cohen se hizo pasar por un comerciante árabe. Allí asistía a la iglesia con su familia y recibía la comunión. Según su viuda, él creía en Jesús y rezaba el rosario.

Sin embargo, su doble vida le pasó factura. En 1965 fue descubierto y capturado por los sirios, que lo torturaron y lo ejecutaron públicamente. Su cuerpo nunca fue devuelto a Israel ni a su familia. Su historia ha sido llevada al cine y a la televisión, y es considerado un héroe nacional en Israel.

El caso más reciente: Daniel Limor

Daniel Limor fue otro espía israelí que trabajó para el Mossad durante más de 30 años. Participó en varias operaciones encubiertas, como el rescate de judíos etíopes o el sabotaje del programa nuclear iraní. Pero su caso más relevante fue el de la Operación Salomón, que consistió en evacuar a miles de judíos etíopes desde Sudán hasta Israel en 1984.

Para ello, Limor se hizo pasar por un cooperante católico llamado Danny Ben Rafael, que trabajaba para una ONG ficticia llamada «Asociación para el Desarrollo Agrícola». Bajo esa tapadera, estableció contacto con los líderes de la comunidad judía etíope y organizó los vuelos secretos que los llevaron a Israel.

Limor no era católico, sino judío practicante. Sin embargo, se integró tanto en su papel que llegó a asistir a misa y a confesarse con un sacerdote local. Según él mismo ha contado, lo hacía por respeto y por precaución, pero también por curiosidad, según aseguró «Me interesaba conocer la fe cristiana desde dentro».

Su operación fue un éxito y salvó la vida de miles de personas. Limor recibió varias condecoraciones por su labor y se retiró del Mossad en 2011. Actualmente vive en Israel con su esposa y sus hijos.

El padre Benjamin fue acusado por el Vaticano de violar el secreto pontificio y de poner en peligro la neutralidad de la Santa Sede

La colaboración de sacerdotes

Uno de los casos más famosos es el del padre Hugh O'Flaherty, un irlandés que trabajaba en la Santa Sede durante la Segunda Guerra Mundial. El padre O'Flaherty se dedicó a salvar a miles de judíos y aliados que escapaban de los nazis, ocultándolos en conventos, monasterios y casas particulares. Para ello, contó con la ayuda de algunos agentes del Mossad que se infiltraron en Roma y le proporcionaron información y recursos. El padre O'Flaherty fue apodado «el pimpinelaescarlata del Vaticano» y recibió numerosas condecoraciones por su labor humanitaria.

Hugh O'Flaherty

Hugh O'Flaherty

Otro caso es el del padre Gabriel Naddaf, un árabe cristiano que nació en Nazaret y se ordenó sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Griega. El padre Naddaf se convirtió en un defensor de la integración de los cristianos árabes en la sociedad israelí, alentando a los jóvenes a alistarse en el ejército y a identificarse como ciudadanos leales al Estado judío. El padre Naddaf recibió el apoyo del Mossad, que le ofreció protección y financiación para sus actividades. El padre Naddaf fue criticado por muchos de sus correligionarios, que le acusaron de traicionar a su pueblo y a su fe.

Un caso más reciente es el del padre Paolo Dall'Oglio, un jesuita italiano que vivió durante más de 30 años en Siria, donde fundó un monasterio ecuménico dedicado al diálogo interreligioso. El padre Dall'Oglio se opuso al régimen de Bashar al-Assad y apoyó a la oposición democrática, lo que le valió ser expulsado del país en 2012. El padre Dall'Oglio mantuvo contactos con el Mossad, al que proporcionó información sobre la situación en Siria y sobre los grupos extremistas islámicos que operaban en la zona. El padre Dall'Oglio desapareció en 2013 tras entrar en la ciudad de Raqqa, controlada por el Estado Islámico, y se cree que fue asesinado por los yihadistas.

El padre Jean-Marie Benjamin, un sacerdote francés que trabajó como diplomático del Vaticano y que mantuvo contactos con el Mossad durante la guerra de Irak en 2003. El padre Benjamin facilitó información sobre la situación de los cristianos en Irak y sobre las armas de destrucción masiva que supuestamente poseía el régimen de Saddam Hussein. El padre Benjamin fue acusado por el Vaticano de violar el secreto pontificio y de poner en peligro la neutralidad de la Santa Sede.

El padre Manuel Musallam, un sacerdote palestino que fue párroco de Gaza durante 14 años y que se convirtió en un activista por la paz y los derechos humanos. El padre Musallam colaboró con el Mossad para denunciar las atrocidades cometidas por el grupo terrorista Hamas contra los cristianos y los civiles en Gaza. El padre Musallam recibió amenazas de muerte por parte de Hamas y tuvo que abandonar Gaza en 2009.

Manuel Musallam

Manuel MusallamFacebook

El religioso redentorista Antonio Hortelano, especialista en Moral, y descendiente de judíos, reconoció, en 2009, a sus 90 años en una entrevista para el periódico El Mundo: «Soy espía y no lo niego», perteneció a los servicios secretos vaticanos, fue miembro del Mosad israelí, quiso ficharlo la CIA y estuvo detenido por el KGB. Ha vivido directa o indirectamente, los grandes acontecimientos de los últimos tiempos y conoció a personalidades como Golda Meir o Moshe Dayan a Salvador Allende o monseñor Romero.

La Curia romana se fijó en él y entró a formar parte de los servicios secretos vaticanos: «Con misiones especiales y de una forma eventual», dijo en la entrevista al periodista José Manuel Vidal. El propio cardenal Montini, entonces secretario de Estado del Vaticano y futuro Papa Pablo VI, le encomendó muchas misiones especiales.

Estos son solo algunos ejemplos de sacerdotes y laicos que han colaborado con el Mossad, ya sea por motivos humanitarios, políticos o ideológicos. Sus acciones pueden ser vistas como una forma de servir a Dios y al prójimo, o como una traición a la Iglesia y a sus principios. Lo cierto es que estos sacerdotes y estos laicos han arriesgado sus vidas por lo que creían justo y han dejado una huella imborrable en la historia.

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