Peregrinas de la Eucaristía
Estas monjas tienen el secreto para revitalizar un santuario
Más de 65.000 personas han peregrinado hasta Estíbaliz (Álava) para ganar el Jubileo en el último año
Hace ahora justo un año, los tres últimos benedictinos, tras un siglo de servicio, abandonaban el santuario de Estíbaliz (Álava) por su avanzada edad y falta de relevo. Fue entonces cuando el obispo de Vitoria, monseñor Juan Carlos Elizalde, lograba atraer a una comunidad de Peregrinas de la Eucaristía compuesta por 15 jóvenes monjas de diversas nacionalidades. Coincidió, además, con la apertura del Año Jubilar del santuario que custodia a la patrona de Álava. Todo un reto para las recién llegadas. «Vamos a aportar lo que nos ha pedido el obispo que aportemos: nuestro carisma eucarístico y mariano. Nuestra misión es que Estíbaliz sea un centro de acogida para toda la familia y para todas las vocaciones», explicó en ese momento la madre Amada, una religiosa colombiana que no llega a la cincuentena y que cofundó junto al padre Francesco los Peregrinos de la Eucaristía.
Y lo han conseguido. Más de 65.000 alaveses han peregrinado durante estos 12 meses al santuario de su patrona –una joya del románico vasco– para ganar el Jubileo. Mañana domingo se cierra el Año Jubilar con la clausura de la Puerta Speciosa o Puerta Santa del templo. Desde el obispado han explicado que las Peregrinas llegaron a ese lugar con la encomienda de monseñor Elizalde de «revitalizar y dinamizar Estíbaliz como casa de todos los alaveses».
Pero, ¿cómo han logrado unas monjas recién llegadas a la diócesis devolver la vida a este santuario? En primer lugar, «comenzaron a invitar por sectores y gremios a todos los colectivos de la sociedad alavesa. Así, han participado en el Jubileo grupos de toda índole como son arquitectos, ganaderos, policías, periodistas, médicos, farmacéuticos, músicos, artistas, viticultores, enfermeros, asociaciones del tercer sector, empresarios, hosteleros o grupos parroquiales llegados de todos los rincones de Vitoria y Álava, entre otros muchos», explican desde el obispado. Además, «las monjas han reabierto el bar, bautizado como Amaren Etxea, y su restaurante, los cuales están siendo muy demandados». «Proyectos a la vista como el centro de espiritualidad y la hospedería de peregrinos siguen adelante, aseguran. «Estíbaliz, sin duda, ha cogido un impulso necesario gracias al trabajo y dedicación de su nueva comunidad custodia de este icónico lugar para Álava y para la Iglesia», reconoce el obispado.
Un congreso eucarístico y mariano
Además, desde este viernes y hasta el domingo, el complejo religioso –ubicado en lo alto de un cerro– ha acogido por primera vez un congreso eucarístico y mariano donde participarán varios obispos –entre ellos los de Vitoria, Palencia, San Sebastián, Bilbao, Pamplona y Alcalá de Henares–, teólogos y periodistas. Mañana, tras atravesar la Puerta Speciosa por última vez, todos los participantes se citarán en el centro de acogida de peregrinos para la eucaristía, «que se prevé masiva», aseguran desde el obispado.
Al finalizar, los obispos presentes se trasladarán a la Puerta Santa para que monseñor Juan Carlos Elizalde proceda a su cierre. Tras la misa, el santuario permanecerá abierto y una iluminación especial con velas adornará el interior y el exterior del templo hasta la medianoche en la última jornada del Jubileo.