El clero izquierdista se extingue y el conservador crece: «Restauran lo que nosotros arruinamos»

Algo está cambiando en la Iglesia de los Estados Unidos. Algo que ha llamado la atención incluso de la muy laica agencia de noticias Associated Press: los sacerdotes progresistas del post concilio fallecen sin relevo, mientras que los nuevos curas retoman sin problemas el Magisterio tradicional de la Iglesia.

En un extenso análisis titulado –con toda intencionalidad y disgusto– Un paso atrás en el tiempo, AP constata cómo «los sacerdotes de izquierdas que dominaron la Iglesia estadounidense después del concilio Vaticano II están siendo reemplazados por una nueva generación» que ha vuelto a la oración, los sacramentos y la doctrina habitual católica. «Los cambios que han traído son imposibles de pasar por alto», subraya la agencia.

«Dicen que están tratando de restaurar lo que nosotros, los viejos, arruinamos», ha reconocido con resignación el reverendo John Forliti, de 87 años, un sacerdote jubilado de Twin Cities que «luchó por los derechos civiles y las reformas en la educación sexual en las escuelas católicas».

Vuelve la sotana

A la parroquia de Santa María Goretti de Madison (Wisconsin) llegó un nuevo y joven sacerdote en 2021. Las canciones con guitarra cesaron y dieron paso a lo que AP denomina «música enraizada en la Europa medieval». «Muchas cosas estaban cambiando. Los sermones se centran más en el pecado y la confesión. Rara vez se ve a los sacerdotes sin sotana. En la escuela primaria parroquial, los estudiantes comenzaron a escuchar sobre el aborto y el infierno», ha explicado uno de los parroquianos.

Pero, ¿de dónde parten estos cambios? ¿Dónde nacieron? La agencia de noticias lo tiene claro: «Si este movimiento surgió de algún lugar, podría ser de un estadio de fútbol en Denver, ahora demolido, y un helicóptero militar prestado que transportaba al Papa Juan Pablo II», señala. La agencia de noticias se refiere, claro está, a la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en esa ciudad americana en 1993 y en la que participaron 500.000 personas. «Cuando el helicóptero del Papa aterrizó en las afueras del Mile High Stadium, el suelo tembló por las pisadas de los presentes», asegura. «El Papa, cuya apariencia de abuelo contrastaba con su carisma electrizante, y que era querido tanto por su bondad como por su firmeza, se enfrentó a una Iglesia estadounidense moldeada por tres décadas de cambios progresistas», explica.

«Si bien la Iglesia es a menudo más conocida entre los no católicos por su oposición al aborto, se había vuelto cada vez más liberal desde el Vaticano II», trata de analizar AP. «El control de la natalidad fue aceptado silenciosamente en muchas parroquias y apenas se mencionaba la confesión. La mayoría de los sacerdotes cambiaron sus sotanas por camisas negras sencillas con cuello romano. El incienso y el latín se hicieron cada vez más escasos», enumera.

Regresar a la sana doctrina

«En algunas cuestiones, Juan Pablo II estuvo de acuerdo con estos católicos de mentalidad liberal», constata el artículo, ya que «habló en contra de la pena capital y abogó por los derechos de los trabajadores. Predicó incansablemente sobre el perdón: 'El oxígeno que purifica el aire del odio'». «Pero también fue intransigente con los dogmas», lamenta Associated Press, «y tomó medidas enérgicas contra los teólogos liberales. Instó a regresar a los rituales olvidados». «Los católicos 'están en peligro de perder su fe', dijo a la multitud en la misa final en Denver, denunciando el aborto, el abuso de drogas y lo que llamó 'desórdenes sexuales', una referencia apenas velada a la creciente aceptación de los derechos de los homosexuales», prosigue. «En todo el país, jóvenes católicos fervientes escucharon», observa, y fueron quienes recogieron el testigo que les pasó el Papa polaco y lo han mantenido y desarrollado hasta el día de hoy.

Sin embargo, este fenómeno no es nuevo ni exclusivo de la Iglesia católica. Desde hace décadas, estudios sociológicos han señalado cómo las denominaciones religiosas conservadoras han experimentado un crecimiento sostenido, mientras que las de izquierdas han visto disminuir su número de miembros, como recoge Zenit.

Por ejemplo, el sociólogo Mark Regnerus ha observado un aumento significativo en el número de sacerdotes jóvenes que se identifican como conservadores en comparación con décadas anteriores. Además, un informe de la Catholic University of America ha revelado que los sacerdotes de izquierdas están casi ausentes entre las generaciones más recientes de clérigos.