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10 de septiembre de 2024

Polémica última cena

Momento en el que se ridiculizó la Última Cena durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de París

La principal universidad islámica del mundo condena la representación de 'La última cena' en la inauguración de los Juegos

En un comunicado, la institución critica que estas escenas «retratan a Jesucristo en una imagen ofensiva» que «veja a los creyentes en las religiones y traiciona la moral»

La institución religiosa egipcia de Al Azhar, la principal referencia del mundo islámico suní, condenó este domingo «las escenas de falta de respeto a Cristo» durante la inauguración de los Juegos Olímpicos el pasado viernes en París.

«Faltar al respeto a Jesucristo o a cualquiera de sus compañeros profetas es un acto de extremismo y barbarie temeraria», afirmó Al Azhar en un comunicado. Condenó asimismo estas escenas que «retratan a Jesucristo en una imagen ofensiva» que «veja a los creyentes en las religiones y traiciona la moral», y rechazó «todo intento de faltar al respeto a cualquiera de los profetas de Dios», según un comunicado.

«Los profetas, los mensajeros son lo mejor de la creación de Dios. Él los eligió para llevar el mensaje de bondad a los mundos», detalló Al Azhar, que recordó que casi dos mil millones de musulmanes creen que Jesús es el Mensajero de Dios, dado que el islam suní considera a Jesucristo como uno de sus profetas.

Por ello, los musulmanes creen que faltar al respeto a Jesús o a cualquier otro profeta es un pecado y una vergüenza.

Con esta representación de Jesucristo se trata de «imponer un estilo de vida animal que contradice la sana naturaleza humana, y así normalizarlo a la fuerza en las sociedades por todos los medios y métodos posibles e imposibles».

El viernes en la inauguración de los JJ.OO. se representó La Última Cena de Jesucristo con sus apóstoles, en este caso sustituidos por drag-queens, una modelo trans y el cantante Philippe Katerine casi desnudo, con algunos atributos de Dionisos, el dios griego del vino y la fiesta.

En Francia, la Iglesia Católica ha criticado varias secuencias de la ceremonia que, por el contrario, ha recibido una acogida entusiasta entre la izquierda y los miembros del Gobierno de Emmanuel Macron.

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