Ocho novicios y cuatro nuevos profesos para los franciscanos de Tierra Santa
El carisma del poverello de Asís sigue fascinando a numerosos jóvenes 800 años después
Europa se ha convertido en la periferia de la Iglesia: las vocaciones llegan de África, Asia e Hispanoamérica. El pasado sábado, cuatro novicios franciscanos que pertenecen a la Custodia de Tierra Santa hicieron su primera profesión temporal de votos religiosos en La Verna (Italia). A ellos se unieron tres novicios más de la provincia egipcia de los frailes menores.
Durante la misa, cada novicio se arrodilló ante el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, y prometió « vivir durante un año en obediencia, sin nada propio y en castidad», según la Regla de San Francisco. Como signo exterior de esta promesa, cada fraile se puso por primera vez el cordón que lleva atado a la cintura con tres nudos, cordón que, hasta ese momento, habían portado sin ellos.
Según han informado los franciscanos de Tierra Santa, la primera profesión se realiza al final del año de noviciado. Posteriormente, hasta la admisión a la profesión perpetua, los profesos temporales renuevan sus votos anualmente. Después de la profesión temporal, los frailes de la Custodia continúan su formación en Tierra Santa, donde estudian filosofía y teología y profundizan en la espiritualidad franciscana.
Al día siguiente, el domingo 1 de septiembre, en la casa de los postulantes de la Custodia de Tierra Santa de Montefalco (Italia), ocho jóvenes vistieron por primera vez el hábito franciscano. La ceremonia marcó el inicio del año de noviciado de La Verna. Estuvieron presentes algunos frailes de la Custodia de visita desde Tierra Santa, amigos, familiares y algunos jóvenes que, en pocas semanas comenzarán, allí mismo, el año de postulantado.
800 años de San Francisco
San Francisco de Asís, el fundador de los franciscanos, falleció a los 44 años de edad en 1226, hace por tanto casi 800 años. Su carisma de pobreza evangélica radical sigue atrayendo a numerosos jóvenes de todo el mundo, especialmente de lo que antiguamente se consideraban «territorios de misión» y hoy son los que más vocaciones aportan a la Iglesia.