Una de las iglesias más emblemáticas de Madrid busca sacerdotes
Los franciscanos dejarán el templo de San Fermín de los Navarros de la capital, donde llevan 134 años, antes de finalizar 2025
Su estilizada silueta neomudéjar rasga el cielo azul de Madrid desde su emplazamiento en el Paseo de Eduardo Dato. En 1890, cuando finalizó su construcción, se trataba de un edificio exento –lo sigue siendo– en un barrio en expansión –Chamberí–. Ahora, la iglesia de San Fermín de los Navarros es un céntrico templo situado en una de las principales arterias de la capital. Los franciscanos se hicieron cargo del mismo desde el primer momento, pero eso está a punto de cambiar. Según ha podido constatar El Debate, los hijos de San Francisco de Asís tienen previsto ceder la atención pastoral de la parroquia en torno a noviembre de este año. La razón, la habitual: la falta de vocaciones.
En circunstancias normales, el arzobispado de Madrid reemplazaría a la congregación religiosa saliente con algún sacerdote diocesano. Pero, en el caso de este templo, se da una situación particular: aunque es parroquia, no es propiedad del arzobispado, sino de la Real Congregación de San Fermín de los Navarros, una benemérita organización fundada en por un grupo de ilustres navarros el día de San Fermín de 1683. Existe un acuerdo entre ambas instituciones que, ahora, se tendrá que modificar o renovar. Lo cierto es que la Real Congregación está a la búsqueda de algún instituto religioso o grupo de la Iglesia que se pueda hacer cargo de la atención sacramental del templo cuando los franciscanos salgan en noviembre.
Se trata, como se señalaba anteriormente, de una parroquia que goza de una excelente ubicación en el centro de Madrid, en uno de sus barrios más emblemáticos y distinguidos, con una asistencia a la misa dominical muy superior a la media. Se han barajado diversos nombre de congregaciones religiosas para tomar el relevo a los franciscanos, pero todas ellas se enfrentan, en mayor o menor medida, a la misma carestía vocacional. El caso es que, por ahora, no hay ningún acuerdo firmado, y en noviembre, los pocos sucesores de San Francisco de Asís que se encuentran en San Fermín serán destinados a otras casas de la Orden, como la basílica de San Francisco el Grande, también en la capital.
El templo, obra del arquitecto Juan Pruneda, tardó cuatro años en construirse, con un presupuesto de 185.000 pesetas. En el interior se adoptó el estilo gótico, para pasar al neomudéjar en el exterior. La planta de la iglesia es de cruz latina y crucero con bóveda estrellada en la nave alta y central, que está acompañada de otras dos laterales más bajas, en los laterales del crucero.