Entrevista con Kamal Musale, director de 'El milagro de la madre Teresa'
«Todavía mucha gente es reacia a la mujer blanca salvadora de los pobres indios»
La
Cinco años ha tardado Kamal Musale, director de cine indo-suizo en tener el guion definitivo de su última película: El milagro de la madre Teresa, que une la vida de la santa de Calcuta con la vida de Kavita, una joven del siglo XXI con una importante decisión que tomar. Ambas se enfrentan a las dudas y crisis existenciales -«la noche oscura del alma», le llaman los místicos y también Musale-.
La cinta, que tiene la peculiaridad de que ha sido completamente financiada por donaciones, se ha estrenado este viernes 12 de abril en las carteleras españolas. Todo lo que recaude en taquilla será igualmente donado a Zariya foundation, organización dedicada a dar atención médica, educación y apoyo a quienes más lo necesitan.
–¿Cuál fue la parte más difícil de hacer esta película?
–Antes de empezar a rodar, fue entender el carácter de Madre Teresa. Eso necesitó mucha investigación, reuniones, porque no solo teníamos que ver a madre Teresa desde el punto de vista de los católicos, sino también de aquellos que no lo son. Tuve que tener en cuenta los cumplidos y las críticas, porque esa era una manera mas realista de retratar su carácter. Es una responsabilidad teniendo en cuenta lo que ella significa para el mundo católico y para todas las antiguas colonias orientales. En su tiempo llegó como la salvadora de los pobres y se enfrentó a las colonias y a lo que hizo falta. Por ejemplo, al sacerdote del templo de Kali que estaba en frente de la casa del corazón puro (originalmente llamada house of the dying), que se negó a que abriesen el centro allí por temor a que convirtieran a los moribundos al cristianismo. Este miedo lo tiene mucha gente todavía hoy en India y muchos cristianos son perseguidos allí. Ahora que el país se ha vuelto mucho más nacionalista, todo lo que no sea hindú no es bien visto por la sociedad. Incluso en la actualidad hay mucha gente que es contraria a la idea de que una mujer blanca venga a salvar a los pobres indios. Aunque es criticado, el nombre de Madre Teresa es respetado y apreciado. Forma parte de la conciencia india. Este mismo sacerdote, que sale en la película pero es una historia real, luego padeció tuberculosis y como tanta gente en la India fue abandonada en la calle a morir. Fue acogido en el hospicio y daba las gracias porque no tenía nada.
–¿Cómo documentaron todas estas historias?
–Lo primero fue ir al Archivo Nacional de Pune, donde pude ver muchas películas y documentales que se hacían en Calcuta en aquella época. Además, por supuesto, leer y ver fotografías que documentan Calcuta en aquella época, en 1950. Mi primer viaje a Calcuta fue en 1984 y ya había cambiado mucho con respecto a 30 años atrás. Algunas localizaciones de la película son rodadas en la ciudad, porque se siguen pareciendo a como estaban en los años de Madre Teresa, pero otros tuvieron que ser grabados en estudio, como el slum, el tugurio que tuvimos que construir porque no quedan como los que había antes. Ahora tienen televisiones y platos.
–¿Qué tenía claro desde el principio antes del rodaje?
–Una de mis preocupaciones era ser auténtico sin ser demasiado realista. Cuando algo es demasiado realista no quieres verlo, no te ayuda a conectar. Intenté ser auténtico con lo que pasó, pero con un ojo romántico y una estética que te ayude a sentirte cerca de los personajes, a entenderles.
La historia original solo trataba desde el nacimiento de Teresa de Calcuta, su relación con su madre desde su niñez y su envío a la India, los comienzos de su trabajo en los barrios más pobres. Me resultaba difícil conectar realmente con el personaje. Era un poco ilustrativo, un poco superficial y empecé a investigar la noche oscura del alma. Creo que este episodio hace al personaje realmente interesante y humano. Al mismo tiempo, sentía la dificultad de entender el abandono que ella sintió, porque yo no he sido hablado por Dios como ella. No se lo que se siente cuando deja de hacerlo. Un día me sobrevino la idea de explorar otro personaje con el que hablar de la noción de ser abandonado. Así fue como comprendí que la película trata en realidad de cómo reaccionarias al sentimiento de abandonado y cómo tienes que superarlo para poder amar.
–¿Qué ha aprendido de Madre Teresa con este proyecto?
–Lo que es inspirador para mi es el hecho de que a pesar de las dudas, ella siguió adelante con su vocación, que era ayudar a los pobres. Incluso si tuvo dudas y crisis de fe, nunca dejó de hacer su trabajo. En la vida, la mayoría de nosotros cuando tenemos dudas y se vuelven demasiado grandes, por lo general, nos detenemos, porque no nos hace sentir bien.
–¿Cree que Madre Teresa podría hacer su trabajo en el mundo actual?
–No. En cierto modo no podría hacer de la misma manera, porque cuanto más te profesionalizas en ayudar a la gente necesitada, más necesitas ocuparte de diferentes cosas. Incluso en el momento, no fue la primera en hacerlo. Ya había algunos hindúes que se ocupaban de los pobres, pero ella fue de las primeras en crear un espacio para los moribundos. Se ha criticado después también que el dinero que ella ganaba iba al Vaticano, para la formación de más hermanas. En términos de números lo que iba a los pobres era poco, así que no es relevante, pero sigue siendo inspirador.