Familias que reciben juntas la Confirmación: «No veía el sentido, ahora lo vivo»
El pasado 11 de mayo, 276 adultos recibieron el último sacramento de la iniciación cristiana, entre los que se encontraban padres e hijos
Durante la Pascua, y especialmente en mayo, son muchas las personas que reciben un sacramento de iniciación cristiana y, en algunas ocasiones, varios a la vez. El pasado 11 de mayo, en la catedral de Oviedo, tuvo lugar la Confirmación de 276 personas adultas.
Entre ellas se encontraban Martín Pascual, Ana María Díaz y Vanessa Pascual. Padres e hija llevaron a cabo el catecumenado de adultos en su parroquia.
«Qué mejor que vivirlo en familia»
Para Vanessa, la hija, ha sido «un orgullo» poder recibir los tres juntos la catequesis y el sacramento. Fue ella la que se decidió a apuntarse el pasado curso. «Finalmente, no pudo ser y en esta ocasión pensé que podríamos ir juntas», ha comentado Ana María, su madre. Ella sintió «la necesidad de completar» su formación, ya que no había recibido aún el Espíritu Santo.
El padre, Martín, ha explicado que «el año pasado el proceso quedó parado» por el fallecimiento de su párroco. «Una vez que nuestra hija comenzó, qué mejor que hacerlo a la vez y vivirlo en familia», añadía. Cuando el final de la formación se acercaba, la familia le pedía al nuevo párroco que se retomara tras recibir el sacramento.
«Con la generosidad de nuestro sacerdote, sus explicaciones, ese cariño y ese amor con el que él lo hace, ya no te quedan dudas», decía Martín. Durante las catequesis han contado, no solo con los que iban a recibir la Confirmación, sino con personas que ya lo habían hecho. «Nos sentimos muy arropados y me gustaría darles las gracias por este gesto, por lo que aprendimos de ellos y todos juntos. También a nuestro párroco, porque ha sido una bendición de Dios», proseguía.
Igualmente, su esposa hacía referencia a la necesidad de vivir la fe en comunidad, agradeciendo también la labor del párroco. «Nos queda mucho por aprender», comentaba. Los padres han comentado que han recibido el Espíritu Santo «con nervios» por la importancia del sacramento, pero, a la vez, con «mucha fe e ilusión».
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«Sentía que esto me faltaba»
No son los únicos padres que se ha confirmado gracias al testimonio de sus hijos. Miguel Vázquez Y Mari Paz García, de la parroquia de San Félix de Hevia, tienen dos hijos y una hija. Beatriz aún no se había confirmado cuando un diácono «pegó un vuelco» a su vida y la de su familia.
Ante esta situación, Miguel comentó la posibilidad de unirse a ella porque, aunque siempre ha estado «cerca de la Iglesia», nunca tuvo la oportunidad. Por su parte, Mari Paz, que sí que está confirmada quería profundizar más en la fe. Siempre han llevado a sus hijos a colegios religiosos, que organizaban diferentes actividades y retiros. «Sentía que eso me faltaba mí», lamentaba.
A través del mismo diácono se apuntaron al retiro Emaús. «Salí del retiro convertida en otra persona, dándome cuenta de que Jesús nos ama», proseguía. Esto le unió más a su comunidad, dándose cuenta de que «no sabía nada». Así es como su marido la invitó a la catequesis.
Allí fue donde profundizaron en la fe, que es «viva y alegre», fundamentada en Jesucristo. «No sabía ver el sentido del rosario o la adoración, ahora lo entiendo y lo vivo», comentaba Miguel. Igualmente, María ha sido capaz de reconocer cómo «la Eucaristía tiene otro sentido». Al igual que Martín y Ana María, este matrimonio ha sido capaz de ver la necesidad de vivir la fe en comunidad, «no ser egoístas y darnos a los demás».