Los obispos de EE.UU. señalan como «un mal grave» el decreto abortista de Joe Biden

El pasado 15 de julio, el presidente Joe Biden firmaba un decreto que pretende convertir Roe vs Wade en Ley, hecho que no ha gustado a los obispos de la nación norteamericana.

William E. Lori, presidente del Comité de Actividades Pro-Vida y el responsable del Comité de Libertad Religiosa, el cardenal Timothy M. Dolan han firmado un comunicado en el que lamentan esta decisión «la mayoría en la Cámara de Representantes votó el viernes pasado para aprobar el proyecto de ley de aborto más injusto y extremo que nuestra nación jamás haya visto»

Media coercitiva

Los obispos estadounidenses han calificado de «un mal grave» en contra de las mujeres la promoción del aborto, financiándolo además, con el dinero de los contribuyentes.

Consideran que la medida que fomenta el aborto en EE.UU. «no es una elección sino una coerción» y que «repetir que el aborto es atención medica no lo convierte en tal» y han abogado por un aumento de los recursos destinados a las mujeres embarazadas, para facilitar la alternativa de cuidar de sí mismas y de sus hijos antes que la de abortar.

La Iglesia estadounidense pide sumarse a la iniciativa pro-vida Stand with Moms in Need en la que se solicita la participación de diócesis, parroquias e instituciones católicas en ayuda a las madres que la requieran.

Desde la legalización del aborto con el fallo del Tribunal Supremo Roe vs Wade, en Estados Unidos más de 65 millones de niños han muerto a causa del aborto; hecho que los mismos obispos lamentan en el comunicado: «Somos muy conscientes de que, después de casi medio siglo de la legalización del aborto, más de 65 millones de niños murieron abortados y un número incalculable de mujeres, hombres y familias sufren sus consecuencias». Y piden, entre otros puntos «proclamar la misericordia de Dios después de un aborto y acompañar con compasión a las mujeres y los hombres que sufren después de un aborto».