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El sacerdote Jacques Mourad, que escapó de Daesh, es el nuevo arzobispo de Siria.

El sacerdote Jacques Mourad, que escapó de Daesh, es el nuevo arzobispo de SiriaAFP

Jacques Mourad, el sacerdote secuestrado por Daesh, elegido arzobispo de Siria

El sacerdote, estimado tanto por cristianos como por musulmanes, consiguió escapar de su secuestro en 2015

Jacques Mourad, que en 2015 tuvo al mundo en vilo durante sus cinco meses de secuestro por parte del Estado Islámico, acaba de ser elegido arzobispo, en Siria, según ha confirmado la Oficina de Información de la Santa Sede.

El nombramiento tiene lugar después de que el Papa Francisco haya dado su visto bueno a su elección, por parte del Sínodo de la Iglesia siríaca católica, de este misionero sumamente comprometido con el diálogo con los musulmanes.

Jacques Mourad, de 54 años, nació en Alepo (Siria). En el seminario de Charfet, en El Líbano, estudió filosofía y teología, y se graduó en liturgia por la Universidad del Espíritu Santo,en Kaslik. Profesó los votos religiosos el 20 de julio de 1993 en la comunidad monástica católica siríaca de Deir Mar Musa Al-Abashi, que cofundó con el jesuita romano Paolo Dall'Oglio, desaparecido en Siria desde 2013 sin que hoy se sepa nada de su paradero.

Estimado por cristianos y musulmanes

Jacques Mourad fue ordenado sacerdote el 28 de agosto en la archidiócesis siríaca de Homs. De 2000 a 2015, dirigió el monasterio ecuménico de Mar Elian, cerca de la ciudad de Qaryatayn, a unos cien kilómetros de Palmira. Su misión principal consistía en trabajar en el diálogo con los musulmanes. En 2013 y 2014, el monasterio acogió a varios cientos de refugiados musulmanes y cristianos que huían de los pueblos vecinos.

El 21 de mayo de 2015, el padre Mourad fue secuestrado por tres hombres enmascarados del grupo terrorista Daesh. La noticia provocó la reacción del nuncio apostólico en Siria, el hoy cardenal Mario Zenari, que pidió la liberación del sacerdote «estimado por todos, cristianos y musulmanes por igual».

Tras cinco meses de cautiverio, el padre Jacques Mourad consiguió escapar el 10 de octubre. Dos meses más tarde, en diciembre, con ocasión de una visita a Roma, nos confió que logró resistir las penas del cautiverio, rezando el rosario, y encomendándose a Charles de Foucauld, santo canonizado en mayo pasado, que «pasó su vida rezando por el diálogo con el Islam».

El misionero también lamentó que «Europa y Occidente no asuman suficientemente sus responsabilidades con el pueblo sirio, que huye de la guerra, los bombardeos y las masacres, que busca el camino por mar y acaba muriendo en las aguas del Mediterráneo».

Recordando a los musulmanes que «su religión es una religión de misericordia», abogó entonces resueltamente por el diálogo, «incluso con Daesh».

Mientras su monasterio sirio era arrasado por los fundamentalistas islámicos y 230 personas de su pueblo secuestradas, el padre Murad permaneció en los monasterios de Cori, en Italia, y Sulaymanyah, en Irak. De regreso a Siria, en 2020, fue vice superior de la comunidad y ecónomo, así como miembro del Colegio de Consultores de la Archieparquía de Homs. Habla árabe, siríaco, francés, inglés e italiano.

Este sábado, el Papa Francisco también aprobó la elección de Qusay Mubarak Abdullah Hano como arzobispo de Mosul de los católicos siríacos de Irak. Este iraquí de 40 años se ordenó sacerdote en 2011. Ha sido secretario particular del arzobispo de Erbil y ha trabajado con los refugiados tras la invasión de la llanura de Nínive. También enseñó Sagradas Escrituras y representó a la Iglesia iraquí en el Consejo de Iglesias de Oriente Medio. Desde 2019, realizaba un doctorado en teología bíblica en Roma.

La Iglesia católica siríaca cuenta con unos 175.000 fieles en Oriente Próximo y la diáspora.

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