Miércoles de Ceniza 2023: cuándo es, qué se celebra y cuál es su origen

El Miércoles de Ceniza da comienzo a la Cuaresma: el período litúrgico de 40 días que lleva a los cristianos hasta la Pasión, muerte y resurrección de Jesucristo durante la Semana Santa. El comienzo de la Cuaresma pone fin al tiempo de Carnaval.

Miércoles de Ceniza

El calendario litúrgico católico marca el comienzo de la Cuaresma el 22 de febrero. Los cristianos reconocen su fragilidad, su límite mortal y su pecado al recibir la señal de la cruz con la ceniza por parte del sacerdote. Durante la celebración de la eucaristía, el oficiante marca en la frente de los presentes una cruz de ceniza, mientras dice «recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás» o «arrepiéntete y cree en el Evangelio», según las dos fórmulas indicadas por el Misal Romano. Asimismo, comienza la época de abstinencia de carne (blanca, roja y sus derivados) durante todos los viernes de Cuaresma para los cristianos mayores de 14 años.

«Cuando ayunen, no pongan cara triste como los hipócritas»

Obrar ante Dios

El Evangelio de Mateo 6,1-6.16-18 que la liturgia muestra para el Miércoles de Ceniza, es una relectura de las tres obras de piedad de la ley mosaica por parte de Jesús: la limosna, la oración y el ayuno. Precisamente como llamada a una verdadera conversión, Jesús distingue el hecho externo del hecho interno, ya que las prescripciones pueden caer en la herrumbre del formalismo exterior en aras de un reconocimiento y el aplauso.

Por eso, Jesús pone de relieve la tentación común en estas tres obras: la hipocresía: «Cuidad de no practicar la justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante como hacen los hipócritas; cuando recéis, no seáis como los hipócritas a quienes les gusta rezar de pie para que los vea la gente. Y cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas».

Jesús invita, por tanto, a obrar sin ostentación; a obrar con verdad y a confiar únicamente en la recompensa del Padre «que ve en lo secreto», como postura adecuada del corazón.

Desde cuándo se celebra el Miércoles de Ceniza

El Miércoles de Ceniza tiene su antecedente en la tradición judía. Para el pueblo de Israel, la ceniza era un símbolo que representaba la fugacidad la vida.

• En Génesis 3,19, Dios le dice a Adán: «¡Porque eres polvo y al polvo volverás!»

• En Job 42, 6: «Por eso me retracto, y me arrepiento en el polvo y la ceniza».

• En el Libro de Daniel 9, cuando el protagonista del relato intercede por su pueblo haciendo penitencia con oración, ayuno, cilicio y ceniza.
• En Macabeos 3, 45–47: «Jerusalén estaba deshabitada como un desierto, ninguno de sus hijos entraba ni salía. El Santuario había sido pisoteado. Los extranjeros ocupaban la Ciudad, convertida en albergue de los paganos. Había desaparecido la alegría de Jacob, y ya no se oía la flauta ni la cítara. Aquel día ayunaron, se vistieron con un sayal, esparcieron ceniza sobre sus cabezas y rasgaron sus vestiduras».
• O en Ester 4,1-3: «Cuando Mardoqueo se enteró de lo que había pasado, rasgó sus vestiduras se puso un sayal, se cubrió de ceniza y salió por la ciudad dando gritos de amargura, hasta llegar frente a la puerta real, porque nadie podía franquearla vestido con esa ropa. En cada provincia, a medida que iba llegando la orden del rey y su decreto, había un gran duelo entre los judíos, con ayunos, lágrimas y lamentaciones. Y el sayal y la ceniza sirvieron de lecho para muchos».

Quadragesima o 40 días

Cuando la Iglesia comenzó a celebrar anualmente el misterio pascual de la Resurrección de Cristo, advirtió la necesidad de una preparación adecuada para el acontecimiento litúrgico. Surgió de este modo el ayuno del viernes y sábado santos, como preparación al Domingo de Resurrección.

A comienzos del siglo III, la Traditio Apostolica documenta que los candidatos al bautismo deben ayunar el viernes y que la noche del sábado se pase en vela. Además, en la Iglesia de Alejandría, tienen una semana de ayuno previo a la celebración de la Pascua. Hacia el siglo IV se encuentra ya una estructura orgánica de la Cuaresma (Quadragesima) con 40 días.