Tras una fachada con dos arcos abiertos, se halla uno de los templos góticos más iniciales de la península, cuando todavía estaba de moda el Renacimiento. Leonor de Plantagenet, hermana de Ricardo Corazón de León y esposa de Alfonso VIII fue quien inspiró su construcción. La catedral fue consagrada por san Julián, segundo obispo de Cuenca, en el año 1196 cuando solo unas piedras de la seo estaban aún colocadas. A lo largo del tiempo ha sufrido varias transformaciones, pero una de las más significativas tuvo lugar en el siglo XV, en coincidencia con el descubrimiento de América, que provocó que los motivos de la decoración fuesen de tipo fantástico, mitológico, con figuras humanas entre las que se intercalan hojas, tallos, frutos y vástagos que serpentean entre los tallos.