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La Aparición de la Virgen a San Francisco

La Aparición de la Virgen a San FranciscoMuseo Nacional del Prado

Los criterios del Vaticano para estudiar las apariciones de la Virgen: «Hay que protegerse de las estafas»

«Ningún mensaje de las llamadas apariciones privadas debe estar en contraste con la revelación contenida en la Biblia», explica Stefano Cecchin, presidente de la Pontificia Academia Mariana Internacional

Existen numerosos casos de supuestas apariciones de la Virgen en todo el mundo. Sólo en Italia se cuentan un centenar, entre ellos el más mediático, el de Trevignano, un pueblecito cercano a Roma. Allí, la Virgen se aparecía cada tercer día del mes a una supuesto vidente. Para estudiar bien el fenómeno, el obispo de la diócesis, monseñor Marco Salvi, ha creado una comisión que aconseja no asistir a las reuniones mensuales convocadas por la vidente. Sin embargo, existen muchas dudas sobre la autenticidad de esta aparición de la Virgen.

La Pontificia Academia Mariana Internacional, máximo organismo del Vaticano que estudia la Mariología, tiene entre sus cometidos indicar criterios a los que referirse para estudiar, a nivel diocesano, los supuestos fenómenos místicos. Dentro de la Academia, el Observatorio de Apariciones Marianas y Fenómenos Místicos en el Mundo (Oisa) inició sus actividades el pasado mes de abril con la tarea de investigar este tema.

El padre Stefano Cecchin, presidente de la Academia Pontificia, señaló en el diario de los obispos italianos Avvenire algunos signos que hay que buscar en una posible aparición. Si estos no concuerdan con el Evangelio, aumentan las dudas sobre la autenticidad del fenómeno. Cecchin señala que en los últimos años ha aumentado el número de supuestas apariciones «que tratan temas no estrictamente relacionados con el mensaje del Evangelio, que es un anuncio de alegría, es reconocer que Dios ama tanto a los hombres que sacrificó a su Hijo».

La Virgen, según el padre Stefano, «es portadora de paz, viene a guiarnos al encuentro con Dios porque Dios me ama, ofrece a su hijo por los pecadores, no para castigar al mundo».

Por eso, para reconocer una aparición que pueda ser auténtica, un primer signo es que esté inspirada en la Palabra de Dios. «Ningún mensaje de las llamadas apariciones privadas debe estar en contraste con la revelación contenida en la Biblia, en la Sagrada Escritura».

El vidente, por tanto, debe ser una persona humilde. El presidente de la Pontificia Academia Mariana recuerda que el Magnificat dice: «Dios ha mirado la humildad de su sierva». En cambio, hay supuestos videntes modernos, que necesitan un abogado. «Si tengo fe, si María se me aparece de verdad, no necesito que las autoridades civiles me defiendan», explica Cecchin.

Una referencia indirecta, por ejemplo, al caso de Trevignano, donde el abogado de la vidente Gisella Cardia aparece a menudo en la televisión y en los periódicos para defender la bondad de los fenómenos místicos de su cliente.

El padre Stefano también llama la atención sobre el tipo de mensaje que transmite la Virgen: una anomalía es cuando este habla continuamente de castigos divinos. «En las apariciones, a través de María, Dios mira las necesidades de la época, la mentalidad, la cultura actual. En el pasado, por ejemplo, había sobre todo miedo de Dios y de sus castigos», explica.

Cuando el enfoque de los mensajes está demasiado orientado hacia el Infierno y el demonio, la aparición es cuestionable porque transmite una sensación de miedo. «El diablo quiere dividir a la Iglesia. Y para conseguirlo, también se sirve de pseudorrevelaciones», observa Cecchin.

Un cuarto aspecto a tener en cuenta en una verdadera aparición mariana es la relación entre el vidente, o supuesto vidente, y la Iglesia. «La Virgen no viene a charlar ni a hablar contra el Papa y el obispo, sino a guiarme para que siga a Jesús: 'haz lo que Él te diga', pide en las Bodas de Caná. Por tanto, si la Iglesia pide a la vidente que adopte determinados comportamientos y la vidente no sigue las indicaciones, ella misma se aleja de María. Y la Virgen conduce siempre a Jesús, que es Iglesia. Por eso, «si todo se agota en Ella, estamos en la idolatría», concluye el experto en Mariología.

En este contexto, la Academia apoya a quienes estudian estos fenómenos y promueve una mariología correcta, para ayudar sobre todo a las personas frágiles a tener una conciencia crítica, a saber «protegerse de los tramposos, de las estafas de quienes quieren aprovecharse de las dificultades económicas, espirituales, físicas, para manipularlas», concluye.

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