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El Papa confiesa a un joven en la JMJ

El Papa confiesa a un joven en la JMJJMJ Lisboa

¿Sabes cuántas partes del pecado se limpian con la confesión?

El pecado se compone de dos partes: la culpa y la pena. Entendemos por culpa a aquella ofensa hecha directamente a Dios, mientras que la pena es el castigo que dicha ofensa merece

Dios es misericordioso y siempre perdona por amor. Pero solo mediante el sacramento de la reconciliación podemos limpiar la mitad del pecado. El pecado se compone de dos partes: la culpa y la pena. Entendemos por culpa a aquella ofensa hecha directamente a Dios, mientras que la pena es el castigo que dicha ofensa merece; por ello la culpa se borra al recibir el perdón –siempre que cumplamos los requisitos para recibir el sacramento– mediante la confesión.

La pena es el mal que se padece por los actos malos cometidos. Es la deuda que tenemos que pagar y que se experimenta en forma de dolor en el purgatorio, permaneciendo tras la confesión en el alma como una cicatriz.

Pasos para una buena confesión

  • Examen de conciencia.
  • Dolor de los pecados.
  • Propósito de enmienda.
  • Confesión de los pecados.
  • Cumplir la penitencia.

Los tipos de pena

Existen 3 tipos de penas:

  • El primer tipo en conocido como el cargo de conciencia. Se da cuando la persona ve con claridad el daño que ha hecho y sufre ante el dolor que ha causado.
  • Ser consciente de la distancia con Dios es el segundo tipo de pena. Este se da cuando morimos ya que sabemos exactamente que debemos padecer para llegar al encuentro con Dios en el cielo.
  • Por último se sufre un dolor que está representado con el fuego. Esta es la parte más complicada de comprender.

En el purgatorio, ante la ausencia de la fuerza de Dios, quedamos expuestos a diversos tipos de sufrimiento pero en ningún caso es Dios el que produce el dolor en el hombre, sino su ausencia. Dios permite que padezcamos esos sufrimientos para que nos hagamos responsables del dolor que cometimos y así limpiar nuestra pena y ascender al cielo. Este dolor se debe entender precisamente desde esta perspectiva. No es un castigo gratuito, el dolor es la posibilidad que tiene le hombre de hacerse cargo del mal que ha cometido y por lo tanto también de lograr el mérito que después se obtiene.

El Papa confiesa a un joven en la JMJ

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La indulgencia

Ahora bien, ¿cómo eliminamos la pena? Podemos optar por la indulgencia, aunque en caso de no recibirla, la pena se limpiará en el purgatorio eventualmente.

Se entiende por indulgencia «la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos», definición que consta en el Código de Derecho Canónico (c. 992) .

Si elegimos la indulgencia debemos contemplar qué tipo, ya que el Código de Derecho Canónico (c. 993) contempla dos, y solo uno elimina la pena totalmente: «la indulgencia es parcial o plenaria, según libere de la pena temporal debida por los pecados en parte o totalmente».

El Papa ofrece anualmente varias posibilidades de obtener la indulgencia, ya sea mediante años jubilares, peregrinaciones o la conocida Bendición Urbi et Orbi que otorga él mismo en dos ocasiones durante el año: Navidad y el Domingo de Resurrección.

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