Relevo en el episcopado español: ¿quiénes son los cuatro nuevos obispos nombrados por el Papa?

El Papa Francisco renueva el episcopado español con nuevos nombramientos. Son cuatro prelados con experiencia pastoral y académica, que han desempeñado diversos cargos en sus diócesis de origen y en la Conferencia Episcopal Española, pero poco sabemos de sus gustos y aficiones. ¿Quién son estos nuevos obispos? ¿Qué les gusta hacer en su tiempo libre?

Un arzobispo con pasión por la música

Florencio Roselló Avellanas es el nuevo arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, nombrado por el Papa Francisco el pasado 9 de noviembre. Se trata de un religioso mercedario de 61 años, que ha dedicado gran parte de su vida a la atención de los presos y a la coordinación de la pastoral penitenciaria en España.

Monseñor Roselló no sólo tiene un compromiso con los más marginados, también tiene otras facetas que revelan su parte más humana y cercana.

Una de ellas es su afición por la música. Desde niño, Florencio Roselló mostró interés por el solfeo y el piano, que estudió durante su formación eclesiástica. Su gusto por la música le ha llevado a componer varias canciones religiosas, algunas de las cuales se han publicado en discos y libros. Entre ellas, destaca la canción María, Madre de la Merced, que compuso con motivo del VIII centenario de la fundación de la Orden de la Merced en 2018.

Otra de sus pasiones es el deporte, es un aficionado al fútbol y al baloncesto, y suele seguir los partidos de sus equipos favoritos. El Real Madrid y el Valencia CF, y sigue al FC Barcelona por su vinculación con la ciudad condal. También le gusta el baloncesto y es seguidor del Joventut de Badalona y del Valencia Basket.

Florencio Roselló también tiene un lado más espiritual y contemplativo, que le lleva a buscar momentos de oración y silencio en su ajetreada agenda, le gusta rezar el rosario y la liturgia de las horas, y que también le ayudaba a conectar con Dios la lectura de la Biblia y de los escritos de san Antonio María Claret, fundador de los claretianos y modelo de su vocación mercedaria. Además, le gustaba visitar los santuarios marianos, especialmente el de la Virgen de El Puig, en Valencia, donde inició sus estudios eclesiásticos y fue vicario parroquial.

Con este perfil humano y pastoral, Florencio Roselló afronta el reto de ser el nuevo arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, una diócesis que abarca toda la comunidad foral de Navarra y parte de la provincia de Zaragoza. Su toma de posesión está prevista para el 27 de enero de 2024, en la catedral de Santa María la Real de Pamplona. Allí recibirá el báculo y el palio de manos de su predecesor, Francisco Pérez González.

El obispo que ama la naturaleza y el euskera

El pasado 31 de octubre, el Papa Francisco nombró obispo de Palencia al sacerdote Mikel Garciandía Goñi, que hasta entonces era vicario episcopal de Mendialde en la diócesis de Pamplona y Tudela. Se trata de un nombramiento que ha sorprendido a muchos, ya que Garciandía no pertenece al clero palentino, sino al navarro, y tampoco tiene una trayectoria episcopal previa. Sin embargo, quienes le conocen destacan su cercanía, su humildad, su capacidad de diálogo y su profundo amor a la Iglesia.

Garciandía es un hombre sencillo, afable y cercano, que se muestra siempre dispuesto a escuchar y a servir. Tiene un gran sentido del humor y una sonrisa contagiosa. Es un apasionado de la naturaleza y le gusta practicar senderismo y montañismo. Es un gran amante del euskera, su lengua materna, y lo habla con fluidez y elegancia. También domina el castellano, el inglés, el francés, el italiano y el latín. Es un gran lector y un buen escritor, que ha publicado varios libros y artículos sobre temas teológicos y pastorales.

Su lema episcopal es «Eman Jainkoari» (Dad a Dios), tomado del evangelio de Marcos (12,17), donde Jesús responde a los fariseos que le preguntan sobre el pago del tributo al César. Con este lema, Garciandía quiere expresar su deseo de entregar su vida a Dios y a su pueblo, y de invitar a todos a reconocer la soberanía de Dios sobre todas las cosas.

Su ordenación episcopal está prevista para el 20 de enero de 2024 en la catedral de Palencia, donde tomará posesión de su nueva diócesis. Allí le espera una Iglesia viva y dinámica, que le acogerá con los brazos abiertos y le acompañará con su oración y su colaboración. Garciandía se ha mostrado ilusionado y agradecido por este nuevo servicio que le encomienda el papa Francisco, y ha pedido a todos que recen por él y por la Iglesia de Palencia.

Un obispo apasionado por la Biblia y la música

Monseñor Julián Ruiz Martorell es el actual obispo de las diócesis de Huesca y de Jaca y obispo electo de Sigüenza-Guadalajara. Su amor por la Palabra de Dios le llevó a profundizar en el estudio de las lenguas bíblicas, como el latín, el griego, el hebreo y el arameo, y a impartir clases de Sagrada Escritura en varios centros teológicos de Aragón.

Otra de sus pasiones es la música, especialmente la clásica y la sacra. Es un gran aficionado al órgano y al canto gregoriano, y suele participar en conciertos y recitales en las catedrales de Huesca y de Jaca. También le gusta la música popular aragonesa y la jota.

Monseñor Ruiz Martorell es un obispo cercano, sencillo y alegre, que se preocupa por el bien de sus fieles y de la sociedad. Es un hombre de diálogo y de comunión, que busca la colaboración entre las distintas realidades eclesiales y sociales. Su lema episcopal es «Ut vitam habeant», que significa «Para que tengan vida» y expresa su deseo de transmitir el mensaje de Jesucristo, fuente de vida plena.

Monseñor Ruiz Martorell dejará pronto las diócesis de Huesca y de Jaca para asumir el gobierno pastoral de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara, donde fue nombrado obispo el pasado 31 de octubre por el papa Francisco.

Un obispo como «cura de pueblo»

Monseñor Arturo Pablo Ros es el nuevo obispo de Santander, nombrado por el Papa Francisco el pasado 31 de octubre. Su nombramiento ha sido recibido con alegría y esperanza por la Iglesia cántabra, que le espera con los brazos abiertos.

Proviene de una familia de tradición católica, con varios sacerdotes y un mártir entre sus parientes. Su abuelo fue el beato Arturo Ros Montalt, que fue ejecutado en un horno de cal durante la guerra civil española por pertenecer a Acción Católica. Su tío es el sacerdote Honorato Ros Llopis, que fue su padrino de bautismo y de confirmación. Antes de ingresar en el seminario, Arturo Pablo trabajó en banca, donde descubrió su vocación sacerdotal.

En 2016, el Papa Francisco le nombró obispo auxiliar de Valencia, siendo ordenado el 3 de septiembre de ese año por el cardenal y entonces arzobispo de Valencia Antonio Cañizares. Su lema episcopal es «Properate ad veniam offerre» (Apresuraos a perdonar).

Monseñor Ros es un obispo cercano, sencillo y humilde, que se define como «un cura de pueblo». Le gusta visitar a las personas, escucharlas, acompañarlas y compartir con ellas la alegría del Evangelio. Tiene un especial cariño por los jóvenes, a los que dedica gran parte de su tiempo y de su atención, es el presidente de la Subcomisión de Juventud e Infancia de la Conferencia Episcopal Española.

Entre sus aficiones, destaca su pasión por el fútbol, especialmente por el Valencia C.F., del que es un fiel seguidor. También le gusta leer, sobre todo libros de espiritualidad, historia y biografías. Además, disfruta de la música, el cine y el teatro, y de la gastronomía típica de su tierra, le gusta comer paella y beber horchata.

Con estos nombramientos, el Papa Francisco continúa renovando el episcopado español, que cuenta actualmente con 14 sedes vacantes o pendientes de renovación.