La catedral más infravalorada de España, según National Geographic
La seo de Santa Tecla ha sido escenario de acontecimientos dramáticos, revueltas y leyendas de corsarios y piratas
Sobre las ruinas de un antiguo templo dedicado a Augusto, se construyó en el siglo XII una catedral monumental que hoy ha quedado escondida tras el esplendor del Pilar de Zaragoza o la leonesa Santa María de Regla. En la lista de las diez seos españolas más conocidas la de Tarragona ni está ni se la espera y por ello la revista National Geographic la ha catalogado como una de las más infravaloradas del país.
En esta pequeña ciudad medieval, las dimensiones de Santa Tecla se sienten enormes, algo agudizado por belleza y su monumental historia. El templo ha sido escenario de acontecimientos dramáticos, revueltas y leyendas de corsarios y piratas.
Su construcción comenzó en 1171, con el dinero que el arzobispo Hug de Cervelló dejó en su testamento para las obras, y para ello se aprovecharon los restos del anterior recinto de culto de época romana, transformado en iglesia visigoda. El templo no se consagraría hasta 160 años después, en 1331, pero su fachada quedó inacabada hasta que pasó la epidemia de peste negra que llegó a Tarragona en 1348.
Sus muros son testigos de historia como, por ejemplo, la del arzobispo pirata que se lanzó al mar y combatió a los otomanos en el Mediterráneo. Su nombre es Pedro Jiménez de Urrea. El Papa Calixto III lo llamó a Roma y lo nombró patriarca de Constantinopla. La leyenda cuenta que dedicó sus fuerzas a la pillería y no a combatir al enemigo de los cristianos y que con el botín financió la sillería del coro de su catedral. En el interior de Santa Tecla sigue ondeando la bandera que ondeaba en la galera con el mismo nombre que hizo las veces de estandarte de la flota papal.
El románico se fusiona con el gótico temprano en las paredes de la seo. Su arquitectura y valor artístico es la materialización de la historia de la ciudad y el mosaico de civilizaciones que la han habitado. Como parte del complejo catedralicio se conserva todavía hoy una pequeña capilla románica dedicada a santa Tecla la Vella, incluida en el jardín del antiguo foso del templo.
Todo su esplendor le valió ser declarada Monumento Nacional en 1905. Aunque hoy ha quedado eclipsada, en su momento fue una de las catedrales románicas más imponentes de la cristiandad, con sus 104 metros de longitud de la planta y 295 capiteles. Con los títulos de metropolitana y primada, todavía sigue siendo un faro espiritual y cultural.