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11 de septiembre de 2024

Las torres de los evangelistas se iluminan por primera vez

Las torres de los evangelistas se iluminan por primera vez en la Sagrada FamiliaDr. Guillermo Simon Castellví

El león, el toro, el águila y el ángel: qué animal representa a cada evangelista

La primera parte del Nuevo Testamento se ha datado originalmente entre el año 30 y el 50 de esta era y narra la vida de Jesús desde distintos puntos de vista. Así, el Evangelio es solo uno, pero desde cuatro perspectivas distintas

Hace diecinueve siglos, la Iglesia comenzó a luchar contra las primeras herejías. Había que mantenerse firme en la fe y en la tradición. Así, Orígenes dijo que la Iglesia tiene «cuatro evangelios, los herejes muchísimos». Estos escritos, que transmiten la predicación de los apóstoles, reciben el nombre de quien lo escribió: Mateo, Juan, Lucas y Marcos.

Los dos primeros figuraban ya en la lista de los discípulos de Cristo, pero los dos últimos se añaden como seguidos de san Pedro y san Pablo. La investigación moderna sobre los cuatro evangelios canónicos parece indicar que en realidad los escritos por los dos apóstoles no son de su puño y letra, sino que se les atribuye por la tradición apostólica de la que provienen.

Esa primera parte del Nuevo Testamento se ha datado originalmente entre el año 30 y el 50 de esta era y narra la vida de Jesús desde distintos puntos de vista. Así, el Evangelio es solo uno, pero desde cuatro perspectivas distintas. Cada uno de los evangelistas se asocia con un ser vivo desde ese siglo II en que los autores cristianos peleaban contra herejes. Se le atribuye al padre de la Iglesia, san Ireneo, este hecho con el que quiso desmentir algunos evangelios apócrifos que comenzaban a difundirse. Los asemejó con los cuatro seres vivos del Apocalipsis.

Lucha contra las herejías

Después de él, san Jerónimo añadió a esta teoría que la vida de Cristo (narrada en los Evangelios) se resume en cuatro fases (identificadas con cada uno de estos seres vivos). Jesús se encarnó en un hombre, soportó la pasión como un buey, resucitó y desafió a la muerte con la fuerza de un león y ascendió al cielo extendiendo sus alas como un águila.

Con el tiempo, cada uno de estos animales ha quedado relacionado con los evangelistas. De esta manera, Mateo se identifica con el hombre alado o el ángel, ya que su Evangelio cuenta la genealogía de Jesús y la parte más humana (y oculta) de su vida, desde su nacimiento hasta su bautismo en el Jordán.

Por otro lado, el texto de Marcos comienza con la figura de Juan Bautista, quien se dedicó a predicar en el desierto cubierto de piel de camello y un cinturón de cuero. Su voz es como la de un león –de ahí que este sea el animal asociado con este evangelista–, fuerte y noble, como después lo será la de Jesús.

El sacrificio y la luz del mundo

Llega después el Evangelio según san Lucas, cuyo símbolo es el toro. Esto es así porque introduce a Zacarías, esposo de Isabel, que ofreció un sacrificio (simbolizado con el buey o el becerro) a Dios. Zacarías y su esposa, prima de María, aunque eran de edad avanzada, concibieron un hijo después de que el ángel Gabriel se apareciera ante este personaje bíblico.

En el prólogo del Evangelio según san Juan se dice: «El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo». Por estas palabras, se asocia el águila con su autor, porque este animal representa todo lo que viene desde el Cielo. Como el águila, sabio y clarividente, Juan supo ver más allá de lo presente, y por ello su Evangelio se considera el más teológico de todos.

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