El Vaticano aprueba adaptaciones litúrgicas en las misas indígenas de México
El cardenal Felipe Arizmendi insistió en un artículo que «no se cambia el contenido del rito romano, sino su expresión cultural»
«Por fin, el dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, con la autoridad del Papa, con fecha 8 de noviembre de este año, ha concedido la esperada recognitio de algunas adaptaciones litúrgicas para la celebración de la Santa Misa en las etnias tseltal, tsotsil, ch’ol, tojolabal y zoque de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas». Así lo ha expresado el cardenal Felipe Arizmendi en su columna semanal del pasado 13 de noviembre.
El pasado 8 de noviembre se otorgó la esperada recognitio para las adaptaciones litúrgicas de la Santa Misa en estas comunidades indígenas de Chiapas. Esta decisión marca un antes y un después, ya que no solo reconoce la validez de estos ritos, sino que también establece que son una forma legítima de expresión dentro del rito romano en el contexto cultural indígena.
Por su parte, el cardenal Arthur Roche, prefecto del dicasterio para el Culto Divino, validó e informó este reconocimiento a través de una carta, publicada por ACI Prensa, y dirigida a monseñor Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey y expresidente de la Conferencia Episcopal hasta hace apenas una semana. El purpurado manifestó la intención del dicasterio de aceptar la solicitud, pero explicó que primero era necesario entender a fondo «las variaciones propuestas» por el obispo.
En su carta, Roche explicó que este enfoque busca respetar las características específicas de cada grupo étnico, para que las adaptaciones no sean vistas como una imposición de un grupo sobre otro. La carta fue acompañada de un decreto y los textos completos de las adaptaciones litúrgicas.
¿Quién es Felipe Arizmendi?
¿Cuáles son las nuevas adaptaciones litúrgicas?
Antes de proceder a la explicación de las adaptaciones que se han aprobado para estas comunidades indígenas, Arizmendi precisó un detalle en su artículo: «Estos ritos son una forma de encarnación de la fe en expresiones muy propias de estas culturas. No los inventamos nosotros, sino que asumimos lo que ellos viven y que es conforme al rito romano. Si en algunas costumbres indígenas hay desviaciones, podemos ayudarles a llegar a su plenitud en Cristo y en su Iglesia».
Acto seguido, explicó las adaptaciones litúrgicas aprobadas por el Vaticano para las comunidades indígenas de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, entre las que se incluye, por ejemplo, la incorporación de danzas rituales. Según explicó Felipe Arizmendi, estas danzas pueden realizarse durante el ofertorio, la oración de los fieles o como acción de gracias después de la comunión.
El purpurado aclaró que «no son folclor, sino movimientos sencillos de toda la asamblea, monótonos, contemplativos, acompañados de música tradicional, que expresan lo mismo que el rito romano, pero en otra forma cultural». Subrayó que el contenido de la Misa permanece intacto, cambiando únicamente su forma de expresión.
Además, se autorizó que un laico de «reconocida relevancia moral» pueda asumir un rol específico en ciertas partes de la oración comunitaria. Esto incluye momentos como el inicio de la misa, donde puede guiar a la comunidad en la celebración, nombrar las intenciones y pedir perdón. También puede participar en la oración de los fieles, tras la invitación inicial del sacerdote, y en la acción de gracias posterior a la comunión, siempre bajo la autorización y supervisión de este. El purpurado enfatizó que «esto no es quitar al sacerdote su servicio como presidente de la asamblea», sino fomentar una mayor participación de la comunidad en la celebración litúrgica.
Otro de los puntos aprobados es la posibilidad de que las mujeres participen como incensadoras durante la celebración de la Misa. Una vez que el sacerdote «impone y bendice el incienso», ellas pueden proceder a incensar el altar, las imágenes, el evangeliario, los ministros y la asamblea, utilizando un sahumerio propio de las tradiciones indígenas en lugar del incensario común. El cardenal Arizmendi destacó que este gesto «no es una reivindicación feminista, sino una adaptación que responde a las costumbres de las comunidades, donde son ellas ordinariamente quienes inciensan en las oraciones tradicionales».
«No se cambia el contenido del rito romano»
En todo momento, Arizmendi insistió: «No se cambia el contenido del rito romano, sino su expresión cultural». Estas adaptaciones, explicó, buscan incorporar las tradiciones de los pueblos indígenas dentro del marco de la liturgia católica. No se trata de innovaciones externas, sino de prácticas culturales ya existentes que se integran al rito romano como parte del proceso de inculturación en la Iglesia.
El cardenal destacó la importancia de esta aprobación, señalando que es solo la segunda vez desde el Concilio Vaticano II que se reconoce un rito adaptado culturalmente, siendo el primero el rito de Zaire en África.
La decisión del Vaticano refleja los esfuerzos de la Iglesia en México por respetar y valorar las tradiciones litúrgicas de estos pueblos. Este reconocimiento busca fortalecer el vínculo entre las comunidades indígenas de Chiapas y la Iglesia, integrando sus prácticas dentro del marco universal de la liturgia católica.