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Sayde Chaling-Chong García
Sayde Chaling-Chong García

La «expansión desenfrenada» del cristianismo en China preocupa –y mucho– al Partido Comunista

El número de creyentes supera ya al de miembros del Partido, lo que ha encendido todas las alarmas del Gobierno totalitario

Actualizada 04:30

Miembros del Partido Comunista Chino en una sesión donde se indica que "el cristianismo se está expandiendo desenfrenadamente en China".

Una sesión «formativa» donde se instruye que «el cristianismo se está expandiendo desenfrenadamente en China»

Para entender el eufemismo «enemigo del Pueblo», primero hay que introducirse en la mentalidad de los comunistas, que dan por hecho varias cuestiones que fundamentan su manera de actuar. En primer lugar, para ellos, el ente llamado «Pueblo» representa una sola idea, una uniformidad impuesta que impide la variedad de acción y de pensamiento. Para ellos, conceptos como «patria», y «soberanía» representan una unidad monolítica bajo el partido y la ideología única, y cualquier elemento que se salga de esa ecuación, automáticamente pone en peligro los intereses de una estructura piramidal que se sostiene a sangre y fuego.

La actual fijación de los comunistas chinos con el cristianismo no se circunscribe exclusivamente a esta religión, sino a cualquier creencia espiritual, intelectual, e incluso emocional, que pueda apartar al PCCh (Partido Comunista Chino) del centro de la vida de los chinos. La guerra cultural de Mao Zedong fue un crisol sangriento que destruyó millones de vidas en nombre del dogma creado por este «líder». Para aquellos que han caído en los artificios de una «nueva China», se debe tener en cuenta que Mao Zedong, el fundador de la «República Popular China», sigue más presente que nunca en la figura de Xi Jinping.

La Oficina de Gestión de Radio de Hebi publica en su cuenta oficial de publicó textos y fotografías señalando: "En los últimos años, el cristianismo ha tenido una expansión descontrolada en nuestro país. Para garantizar que los miembros del partido comprendan correctamente esta religión y eviten desviaciones ideológicas, el 22 de abril por la mañana se llevó a cabo una clase especial titulada 'El impacto del cristianismo en la seguridad de la nación china', con resultados positivos".

Otra imagen difundida por el propio Partido sobre la «formación» de sus mandos

Según reporta la opositora y periodista de origen chino Jennifer Zeng, los movimientos contra el cristianismo en China comenzaron a fraguarse aproximadamente en el 2019, año en que se realizó una de las tantas reuniones internas del PCCh. Para más exactitud, el 22 de abril de 2019, tuvo lugar una «formación especial», oficiada por la Oficina de Gestión de Radio Hebi en la provincia China de Henan, formación que tuvo por título: «El gran daño del cristianismo a la seguridad de la nación china».

Dicho encuentro comienza exponiendo que el cristianismo supera en miembros al partido comunista. Según estimaciones del 2024, los miembros del PCCh son aproximadamente 100 millones, y otras estimaciones colocan a los cristianos en 130 millones, aunque esta cifra no es oficial, porque resulta peligroso declararse cristiano en China. Las cifras que reconoce el PCCh hablan de aproximadamente unos 70 millones de protestantes y 12 millones de católicos. Con lo cual, la capacidad de viralidad y convertibilidad del cristianismo en China amenaza el pensamiento monolítico del partido único. Generalmente, cuando este tipo de estructuras autoritarias reconocen algún tipo de fallo en un sistema que ellos aseguran es perfecto, es porque el problema es mayúsculo en comparación con lo que están reconociendo, con lo cual estas cifras podrían estar alrededor de los 140-150 millones de cristianos.

“El gran daño del cristianismo a la seguridad de la nación china", reza la diapositiva

«El gran daño del cristianismo a la seguridad de la nación china», reza la diapositiva

En el encuentro formativo, se destacó con preocupación la amplísima cobertura y aceptación social que tiene el cristianismo y lo que ellos denominan «agresiva influencia y apoyo de entidades provenientes del extranjero». Se ponía, por tanto, de manifiesto que estos índices positivos de conversión representan grandes riesgos ideológicos, o lo que es lo mismo, que disuade a los ciudadanos de los objetivos del Partido, algo que evidentemente es inaceptable.

En el gigante asiático, «la Iglesia patriótica católica china» es la organización que controla la práctica del catolicismo, y este «catolicismo» chino, evidentemente no está en correspondencia con el Vaticano en asuntos clave como el nombramiento de obispos, cuestión que resulta contraria a los lineamientos del PCCh, que solo permite al partido elegir cargos para cualquier órgano de representación de la ciudadanía. Nadie fuera de ese marco de hierro puede hacerlo.

También los protestantes

En el caso del «protestantismo» chino, el Partido Único no pierde la oportunidad de tener bajo un control férreo a las distintas denominaciones cristianas, a las cuales subyuga mediante el «Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías». Para los protestantes, esta es sí o sí, la «organización oficial», y las congregaciones bajo este sujeto de control, deben adherirse a las directrices del Estado.

Es importante recordar que entes como «pueblo», «patria» y «soberanía», son propiedad exclusiva del Partido Comunista que, según ellos, «es dirigido por los designios del pueblo».

El cristianismo «reglado» en China significa que todos los centros religiosos deben estar registrados y supervisados por el Estado, lo que obliga a un control estricto de los mensajes religiosos. Los sermones e instrucciones tienen que, de forma inequívoca, alinearse con las políticas y «valores» del Partido Comunista.

Multas y cárcel

Las iglesias domésticas o no registradas son perseguidas, y sus miembros pueden enfrentar sanciones, que van desde las multas hasta penas de cárcel. En China, la iniciativa privada de crear, por ejemplo, un grupo de oración, tiene un sinfín de consecuencias negativas para aquellos que quieran hacer el uso del fundamental derecho a la libertad religiosa.

En este sentido de las actividades no autorizadas, según reporta Jennifer Zeng, el día 19 de diciembre de 2024, en un grupo de la aplicación WeChat –que es el equivalente chino de la aplicación WhatsApp–, amigos y familiares habían quedado en una vivienda particular para celebrar la Navidad en la localidad de Chengdu, en Sichuan. Treinta minutos después, aparecieron en la puerta de la vivienda del organizador del encuentro elementos uniformados de la Policía Comunitaria del PCCh, acompañados de miembros del MSS chino –el equivalente al KGB soviético–, quienes registraban en video, mientras el ciudadano reclamaba, porque le impedían de forma autoritaria, celebrar la reunión familiar y de amigos.

La reunión formativa del año 2019 fue una de las tantas formaciones que se impartieron en China durante esa época para abordar lo que ellos consideran una amenaza para el Partido Único. En la actualidad, los efectos de aquellas formaciones se están manifestando en una persecución sin cuartel al cristianismo no reglado en China. Según Open Doors US, organización que investiga la persecución de cristianos en el mundo, 10.000 iglesias en China fueron clausuradas por el Partido Comunista Chino.

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