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Pope Francis arrives  in St. Peter's Square to lead his weekly general audience at The Vatican, Wednesday, May 10, 2023.

El Papa Francisco durante la última audiencia general en san Pedro Vaticano.GTRES

Las cuatro indicaciones del Papa para entender el sentido del camino sinodal

El mensaje de Francisco es válido para todas las diócesis del mundo, comprometidas en el difícil camino del Sínodo

El Papa Francisco ha indicado a los referentes diocesanos del Camino Sinodal italiano cuatro «consignas» y algunos errores que no se deben cometer durante el Camino. En realidad, el mensaje del pontífice es válido para todas las diócesis del mundo, comprometidas en el difícil camino del Sínodo.

Convocado el 10 de octubre de 2021 por el Papa, este Sínodo es diferente de todos los demás: no se celebra sólo en el Vaticano, sino en cada Iglesia particular (es decir, cada comunidad diocesana «gobernada» por un obispo) de los cinco continentes. Todo el itinerario se ha dividido en tres etapas: escucha, discernimiento y consulta.

La primera etapa (2021-2023) se desarrolló en cada una de las iglesias diocesanas. Cada una profundizó con sus referentes el tema del Sínodo: «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión». Estas consultas dieron paso a la segunda fase, la «continental» (2022-2023), en la que los referentes de las Iglesias continentales discutieron el texto del primer «Instrumentum laboris». Es decir, el documento de trabajo que deberán discutir los participantes en la fase «universal», que comienza en octubre de 2023 con la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos y termina en 2024.

El Consejo Ordinario del Sínodo aprobó el documento de trabajo el 11 de mayo, y ahora se publica. Francisco es consciente de que este camino es más complejo que los demás, porque, por primera vez, se ha dado espacio a una amplia confrontación «desde abajo» en las Iglesias particulares. Cada una de ellas experimenta dificultades diferentes. Dar lugar a una síntesis que «satisfaga» las necesidades de las Iglesias particulares tendrá que generar los «compromisos adecuados».

Esta es también la razón por la que el Papa ha querido lanzar «reprimendas» a los referentes italianos del Camino Sinodal, recibidos en audiencia en el Aula Pablo VI del Vaticano. Una reprimenda de «buen padre» a los «hijos» que deben estar de acuerdo con él en algunos temas queridos por el Santo Padre, y sobre los que no hará «descuentos» en la fase universal del Sínodo.

Anunciarse a sí mismo

El primer «recordatorio» es sobre una «enfermedad» que la Iglesia es incapaz de eliminar: la autorreferencialidad. «A veces se tiene la impresión de que las comunidades religiosas, las curias, las parroquias son todavía demasiado autorreferenciales», dijo el Papa. «Parece que se cuela una especie de 'neoclericalismo defensivo', un tanto encubierto, generado por una actitud temerosa, por la queja ante un mundo que ya no nos comprende, por la necesidad de reiterar y hacer sentir la propia influencia».

Francisco, en respuesta a esta cerrazón autorreferencial, exige «una Iglesia abierta». «Redescubrirse como corresponsables en la Iglesia no equivale a poner en práctica lógicas mundanas de distribución del poder, sino que significa cultivar el deseo de reconocer al otro en la riqueza de sus carismas y de su singularidad»: esta es la indicación que el Papa quiere hacer emerger del Camino Sinodal en curso.

Necesidad de la comunidad

Sólo así, dijo el Pontífice, «podrán encontrar su lugar los que todavía luchan por ver reconocida su presencia en la Iglesia, los que no tienen voz, aquellos cuyas voces son tapadas cuando no silenciadas o ignoradas, los que se sienten inadecuados, tal vez porque tienen trayectorias de vida difíciles o complejas. Y muchas veces son excomulgados a priori».

He aquí, pues, la segunda indicación importante del Papa a los «constructores» del Camino sinodal. Hacen falta «comunidades cristianas en las que se amplíe el espacio, en las que todos puedan sentirse en casa, en las que las estructuras y los medios pastorales favorezcan no la creación de pequeños grupos, sino la alegría de ser y sentirse corresponsables». Francisco sugiere un eslogan: «Nunca sin el Otro con mayúscula, nunca sin otros con los que compartir el camino». Ese deseo de «hacer Iglesia juntos» es una necesidad que «sentimos con urgencia hoy, sesenta años después de la conclusión del Concilio Vaticano II».

Examen de conciencia

En este punto, el Papa, como tercera indicación, recomienda un examen de conciencia a quienes están trabajando en el camino sinodal. «Siempre está al acecho la tentación de separar a algunos actores cualificados que llevan a cabo la acción pastoral», del resto de las personas que corren el riesgo de permanecer «aisladas» de la confrontación desde «abajo» que, en cambio, sirve a la Iglesia.

«Debemos preguntarnos», fue la petición del Papa, «cuánto espacio hacemos y cuánto escuchamos realmente en nuestras comunidades las voces de los jóvenes, de las mujeres, de los pobres, de los decepcionados, de los heridos en la vida. Mientras su presencia siga siendo una nota esporádica en el complejo de la vida eclesial, la Iglesia no será sinodal, será una Iglesia de pocos», advirtió el Papa Francisco.

Salir de los prejuicios

El pontífice concluyó pidiendo a los referentes del Sínodo que «sean una Iglesia 'inquieta' en la inquietud de nuestro tiempo». «La comunidad cristiana está provocada a salir de los prejuicios», fue la invitación de Francisco, que deseó que el Sínodo «pueda ayudarnos a tomar en serio la vulnerabilidad».

Citó al sacerdote don Primo Mazzolari, una de las figuras más prestigiosas e importantes del catolicismo italiano del siglo XX, que advirtió contra «los sacerdotes que sofocan la vida».

«Una Iglesia lastrada por las estructuras, la burocracia, el formalismo tendrá dificultades para caminar en la historia», es el cuarto y último mensaje para la reflexión de los actores de uno de los Sínodos más importantes y decisivos de la Iglesia católica mundial.

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