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18 de septiembre de 2024

El Papa sostiene un relieve de santa Teresita de Lisieux

El Papa sostiene un relieve de santa Teresita de Lisieux

Francisco publica una exhortación sobre santa Teresita de Lisieux para celebrar los 150 años de su nacimiento

El escrito del Papa se ha publicado cuando se celebra la festividad de santa Teresa de Ávila para señalar a Santa Teresita como el «fruto maduro de la espiritualidad» de la gran Santa española

C´est la confiance (Es confianza) es el título de la última exhortación apostólica que el Papa Francisco ha dedicado a santa Teresita del Niño Jesús con motivo de los 150 años de su nacimiento. En el breve texto, que recibe su nombre de una frase de la santa –«La confianza, y nada más que la confianza, puede conducirnos al Amor»–, se repasa el ejemplo de la «pequeñez» de la santa francesa «en un momento en que el ser humano se obsesiona por la grandeza y por nuevas formas de poder».

El escrito del Papa, que llega pocos días después de su exhortación Laudate Deum sobre el medio ambiente, se ha publicado cuando se celebra la festividad de santa Teresa de Ávila para señalar a Santa Teresita como el «fruto maduro de la espiritualidad de la gran santa española».

2. Un anhelo de la santidad De su particular camino hacia la santidad, de querer crecer en comunión con el Señor y con su Iglesia, santa Teresita traslada en Historia de un alma sus miedos infantiles, su delicado estado de salud —lo cual la colocó en la misma senda que la abulense santa Teresa de Jesús— y las pasiones que desordenan los rasgos y hechuras de un amor sufrido que nada más busca dejarse guiar por la voluntad del Creador. «La vida es un instante entre dos eternidades», decía. Y añadía: «quisiera disponer de un ascensor para elevarme directamente hasta Jesús, porque yo soy demasiado pequeña como para subir por la escalera de la perfección». 3. La Vocación «Mis deseos me hacen sufrir un verdadero martirio durante la oración». En estos términos se expresa santa Teresita de Lisieux a la hora de narrar su anhelo y celo por Dios. La joven carmelita descalza encontró en las Cartas de san Pablo una vía para transitar hacia Cristo Jesús. En este amor hallaba el camino que «abarca todos los tiempos y lugares» y, que, a fin de cuentas, remite a lo «eterno». «En un exceso de alegría delirante, me dije: ‘¡Oh, Jesús, Amor mío, he encontrado por mi fin mi vocación; mi vocación es el amor!’». Algo que expresaba también: «Mi alegría consiste en cumplir la santa voluntad de Jesús, mi único amor; así vivo sin miedo y amo por igual el día y la noche». 4. La justicia de Dios «Creo que, si todas las criaturas hubieran recibido las mismas gracias que yo, Dios no sería temido de nadie, sino amado hasta la locura, y que, por amor, y no temblando, ningún alma consentiría jamás en ofenderle», asegura. La experiencia de la misericordia de Dios en su propia vida, tal y como santa Teresita confesaría en sus manuscritos a su priora y madre espiritual, llevaría con sencillez a aportar en el marco teológico valiosas reflexiones sobre la justicia. «¡Qué dulce alegría pensar que Dios es justo, es decir, que tiene en cuenta nuestras debilidades, que conoce perfectamente la fragilidad de nuestra naturaleza!». 5. La brújula de la obediencia Para santa Teresita, el voto de obediencia por parte de las religiosas es un camino hacia la felicidad. «Cuando se deja de mirar a la brújula infalible, cuando se aparta del camino que manda seguir, con el pretexto de hacer la voluntad de Dios, que no ilumina a los que sin embargo tienen su lugar, inmediatamente el alma se extravía por caminos áridos, donde pronto le falta el agua de la gracia». 6. La caridad «Cuando soy caritativa, sé que es Jesús el que obra únicamente en mí; cuanto más unida estoy a Él, más amo a todas mis hermanas», confiesa la monja francesa. En uno de sus manuscritos, Teresita ahonda intensamente en las «verdes praderas» a las que conduce el amor al prójimo, mediante el ejercicio de la caridad. Una virtud que se abraza con la humildad, la cual permite conocer y disfrutar de los «manjares que Dios tiene preparados para cada una de sus almas». Especialmente las almas de los pobres y más necesitados. 7. Vencer huyendo Al igual que enseñan el apóstol san Pablo y santo Tomás de Aquino, intrincada en el ejercicio ascético, y asumiendo la capacidad del mal para seducir y acogotar las almas, santa Teresita señala en uno de sus últimos escritos la importancia de huir a tiempo de las tentaciones. La necesidad de saber reconocer el poder que las tentaciones tienen para la perdición de las almas y ahogar el anhelo de santidad. «Mi último medio para no ser vencida en los combates es la deserción», sentencia. Lo cual enlaza con estas palabras: «Mi caminito es el de la infancia espiritual, el camino de la confianza y entrega completas». Al final de todo el trayecto, mediante huidas y ascensos, el Cielo: «Después de mi muerte, haré que caiga una lluvia de rosas».

Santa Teresita del Niño Jesús

En esta exhortación espera que la espiritualidad de la santa francesa, que falleció a los 24 años, sea «una gran luz» para la Iglesia, «para no escandalizarnos por los límites y debilidades de la institución eclesiástica, marcada por oscuridades y pecados». Para el Papa, «en un tiempo que nos invita a encerrarnos en los propios intereses, Teresita nos muestra la belleza de hacer de la vida un regalo».

Con el documento, pide seguir su ejemplo para superar «una lógica legalista o eticista que llena la vida cristiana de observancias o preceptos y congela la alegría del Evangelio». Concluye señalando que «en un tiempo de repliegues y de cerrazones, Teresita nos invita a la salida misionera».

En lo que va de Pontificado, esta es la séptima exhortación apostólica de Francisco. En el pasado ha escrito también Laudate Deum, Evangelii Gaudium y Gaudate et exultate, además de las exhortaciones tras los sínodos celebrados: Amoris laetitia, Christus vivit y Querida Amazonia. Las encíclicas publicadas hasta ahora son Lumen fidei, Laudato si y Fratelli tutti.

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