Fundado en 1910
El Papa Francisco, durante la audiencia general de este miércoles 31 de enero

El Papa Francisco, durante la audiencia general de este miércoles 31 de eneroEFE

Mensaje de Cuaresma

El Papa lamenta que la humanidad camine «en la oscuridad de las desigualdades y conflictos»

El Papa afirma que la Cuaresma «es tiempo de conversión, tiempo de libertad»

este jueves 1 de febrero, el Vaticano ha hecho público el mensaje para la Cuaresma del Papa Francisco, en el que ha lamentado que la humanidad, que puede «organizar la dignidad de todos», camino sin embargo «en la oscuridad de las desigualdades y los conflictos».

Con sus palabras, Francisco da una serie de indicaciones a los católicos para los cuarenta días que preceden a la Semana Santa. Entre otras cosas, el Pontífice afirma que «el grito de tantos hermanos y hermanas oprimidos llega al cielo” » pregunta: «¿Nos llega también a nosotros? ¿Nos sacude? ¿Nos conmueve?».

El Santo Padre asegura que, como en el pasado, seguimos bajo «el dominio del faraón» que «es un modelo de crecimiento que nos divide y nos roba el futuro. La tierra, el aire y el agua están contaminados por él, pero también las almas». «¿Quiero un mundo nuevo? ¿Estoy dispuesto a salir de compromisos con el viejo?», son algunas preguntas que plantea el Papa que denuncia «un déficit de esperanza».

«El testimonio de muchos hermanos obispos y de un gran número de trabajadores por la paz y la justicia me convence cada vez más de que lo que hay que denunciar es un déficit de esperanza», sostiene Francisco en su mensaje de Cuaresma. En esta misma línea, lamenta que «de otro modo no se explicaría que una humanidad que ha alcanzado el umbral de la fraternidad universal y niveles de desarrollo científico, técnico, cultural y jurídico, capaces de garantizar la dignidad de todos, camine en la oscuridad de las desigualdades y los conflictos».

Por ello, el Papa afirma que la Cuaresma «es tiempo de conversión, tiempo de libertad» y que «en Cuaresma, encontramos nuevos criterios de juicio y una comunidad con la cual emprender un camino que nunca antes habíamos recorrido».

El Pontífice destaca que «existe, sin embargo, una nueva humanidad, la de los pequeños y humildes que no han sucumbido al encanto de la mentira. Mientras que los ídolos vuelven mudos, ciegos, sordos, inmóviles a quienes les sirven, los pobres de espíritu están inmediatamente abiertos y bien dispuestos; son una fuerza silenciosa del bien que sana y sostiene el mundo». Al mismo tiempo, indica que en este tiempo «la oración, la limosna y el ayuno no son tres ejercicios independientes, sino un único movimiento de apertura, de vaciamiento: fuera los ídolos que nos agobian, fuera los apegos que nos aprisionan».

Respecto a la Iglesia, también indica que «la Cuaresma sea también un tiempo de decisiones comunitarias, de pequeñas y grandes decisiones a contracorriente, capaces de cambiar la cotidianeidad de las personas y la vida de un barrio: los hábitos de compra, el cuidado de la creación, la inclusión de los invisibles o los despreciados».

«Invito a todas las comunidades cristianas a hacer esto: a ofrecer a sus fieles momentos para reflexionar sobre los estilos de vida; a darse tiempo para verificar su presencia en el barrio y su contribución para mejorarlo», agrega. Y concluye pidiendo que este tiempo de Cuaresma «sea de conversión. Entonces, la humanidad extraviada sentirá un estremecimiento de creatividad; el destello de una nueva esperanza»

comentarios
tracking